Alertan contracción de economía mundial, afectará a países emergente

Guerra económica, caídas en la venta de carros y transición a tecnología libre de CO2 son elementos de la contracción de la economía a nivel mundial

Regeneración, 15 de octubre de 2019. La economía mundial está en estado de parálisis y apenas registrará un alza del 3% este año, esto es el límite de lo que el consenso del mercado entiende técnicamente por contracción.

La capacidad industrial y los flujos comerciales y de inversión están sumergiendo al PIB mundial en una ciénaga que entorpece la actividad.

Afecta especialmente a Europa y, en menor medida, a EEUU, pero también a los tigres asiáticos y otras economías de la región de rentas altas.

Está siendo “especialmente pronunciada” en Brasil, China, India, Rusia, Sudáfrica (los denominados BRICS) y México.

Estos países sufren una significativa presión sobre sus datos macroeconómicos y financieros.

El informe de previsiones económicas del FMI, señala como factor esencial de la atonía de “los últimos doce meses” el brusco aterrizaje de la actividad industrial.

Este hizo caer las ventas de coches en un 3% en 2018.

El sector de la economía automovilística, incide el diagnóstico del Fondo, constata las “disrupciones” en la demanda global de la industria.

Afectada por múltiples causas. Desde el tránsito hacia la digitalización y los cambios en las cadenas de valor de sus empresas, hasta “la expiración de los incentivos fiscales en China”.

Los ajustes productivos hacia las reglas de reducción de emisiones de CO2 en Europa (especialmente en Alemania) y en el gigante asiático.

Pero también por la actitud de los consumidores de esperar y ver “la oferta tecnológica” que los grandes emporios automovilísticos.

En paralelo, las tensiones comerciales entre EEUU y China, han acelerado la debacle productiva.

Desde el inicio del pasado ejercicio “los costes de intermediación” en los flujos de comercio e inversión, han aumentado, la incertidumbre se ha disparado y las empresas.

Muy en especial las del tejido industrial, han adoptado estrategias de cautela, que han retraído sus planes de compra de maquinaria y equipo y sus expectativas de gasto a largo plazo.

Tendencia que se aprecia sobre todo en economías de alta exposición internacional, como las asiáticas.

Pero que es palpable economías como Alemania o Japón, cuyas tasas industriales han retrocedido en términos anuales, con una ralentización considerable.

Incluso la economía de EEUU, donde se aprecia ya una “particularmente pronunciada caída de la producción de bienes de capital”.