Asesinan a otro ambientalista indígena en Honduras

Era una ambientalista amenazado por empresas madereras y fue asesinado después de que sus compañeros fueron criminalizados por el tribunal

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El líder indígena hondureño era de la etnia tolupán que luchaba en defensa del bosque contra empresas madereras en las montañas del norcentral departamento de Yoro.

La policía indicó en un comunicado que las autoridades reconocieron el sábado el cuerpo de Milgen Idan Soto Ávila, de 29 años.

Se encontró en la jurisdicción de Locomapa, departamento de Yoro, 220 kilómetros al norte de la capital.

Añadió que a Soto lo reportaron  desaparecido desde el lunes pasado por vecinos de la comunidad y que el viernes hallaron una fosa clandestina.

Las autoridades forenses sacaron el cadáver este sábado.

La policía aseguró que sospechan que lo habrían matado por problemas personales.

Sin embargo, el dirigente del no gubernamental Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ), Víctor Fernández, declaró a la agencia de noticias Afp que responsabilizan a una empresa maderera que está cortando 28 mil 500 árboles en esa zona.

Soto, que también era miembro del MADJ, “había recibido amenazas de una empresa por liderar una lucha contra la depredación del bosque en la zona de la tribu de San Francisco Locomapa, añadió Fernández.

Explicó que ocho dirigentes ambientalistas de la tribu que emprendían la lucha contra los aserraderos fueron criminalizados en los tribunales.

A los cuales les prohibieron en el juicio continuar las protestas.

Fue por ello que Soto había asumido un liderazgo importante en el movimiento.

En febrero pasado otros dos indígenas tolupanes, Salomón Matute y su hijo Juan Samael Matute, miembros también de la tribu de San Francisco de Locomapa, igualmente asesinados por defender sus tierras.

Honduras está catalogado por organismos humanitarios internacionales como uno de los países más peligrosos para los defensores de derechos humanos y del ambiente.

Esto porque son asesinados, amenazados y criminalizados por empresarios con el apoyo de las autoridades.

El caso más emblemático fue el asesinato de Berta Cáceres, dirigente lenca que impedía con manifestaciones indígenas la construcción de una hidroeléctrica en el oeste del país.