Cambio en la alimentación, un factor frente al cambio climático

Dieta y su composición afecta al calentamiento global, en un círculo vicioso que pone en riesgo la seguridad alimentaria

La actividad agrícola y ganadera contribuye a generar los gases de efecto invernadero

Regeneración, 20 de agosto del 2019. Una degradación sin precedentes de la superficie de la tierra agravado por el cambio climático pone en riesgo a los ecosistemas naturales y la seguridad alimentaria.

Según un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) dado a conocer este mes, este desgaste nunca se había visto en la historia humana:

“Un cuarto, al menos, de la superficie continental no cubierta por hielo ya está degradada; y esas tasas de degradación, junto con las del agua dulce en las últimas décadas, no tienen precedentes en la historia humana”.
Seguridad alimentaria en riesgo
El reporte también confirma que el cambio climático está empeorando y resalta el riesgo que implica, para los ecosistemas y la seguridad alimentaria.
Un 23 por ciento de los gases de efecto invernadero provienen de la producción de alimentos y actividades forestales.
La actividad y agrícola y ganadera contribuye a generar los gases de efecto invernadero de tal forma que han una relación estrecha entre el uso de la tierra y la alimentación.

Dieta como factor climático
Sin emitir ninguna recomendación, el informe advierte el factor de la dieta humana y su impacto al enfrentar el cambio climático.

Carolina Vera, presidenta del grupo de trabajo, señaló que el informe evaluó un número importante de dietas y su impacto en la seguridad alimentaria.

Entre los modos de alimentación que resultan más amigables con el medio ambiente y nuestra salud están el veganismo y el vegetarianismo.

Hay de carne a carne
El informe enumera seis tipos de dietas que incluyen el consumo de origen animal, pero el reporte del IPCC hace una aclaración.

Enfatiza sobre los productos producidos de forma sostenible, es decir, en aquellos “producidos con sistemas que generen pocas emisiones de gases de efecto invernadero”.

Esto se traduciría en sustituir el 75 por ciento de la carne de rumiantes, por carne de pollo o cerdo.

El reporte señala que los rumiantes son los animales que generan más emisiones de gas metano por el tipo de digestión que realiza su organismo.

El reporte analiza además la situación social del mundo y en específico, en América donde señala algunas estrategias alternativas para adaptarse a los efectos negativos del cambio climático.

Concretamente se refiere a la reducción de las desigualdades, al aumento de los ingresos y a garantizar un acceso equitativo a la alimentación.