Liberales plasman ideas en Congreso Constituyente de 1857, aún válidas

Constitución de 1857 fue resultado de debate intenso y de profundos cambios sociales y políticos en México. Liberales plasmaron ideas que continúanRegeneración, 4 de julio de 2018. Liberales. En 1856 comienza a discutirse el proyecto de Constitución en el Congreso Constituyente que daría como resultado la primera Constitución liberal de 1857. Las distintas corrientes liberales dominaron los debates.

Antecedente. Después del triunfo de la revolución de Ayutla contra Santa Anna, Juan Álvarez fue designado presidente interino y ocupó este puesto del 4 de octubre al 11 de diciembre de 1855.

Álvares inició de hecho la reforma liberal. Se presentó la convocatoria para un nuevo Congreso Constituyente.

La postura radical del gobierno de Álvarez no agradó a todos aquellos que vieron en las reformas una amenaza a sus intereses.

La presión al gobierno se desató las circunstancias obligaron al presidente a renunciar.

Fue sustituido por Ignacio Comonfort quien de inmediato trató en vano de matizar el empuje liberal.

Sin embargo, el ímpetu reformista siguió su marcha.

El 26 de abril de 1856 se promulgó un decreto que suprimió la coacción civil para el cumplimiento de los votos monásticos.

Más adelante se acabó con la obligatoriedad del pago de diezmo.

El 28 de diciembre de 1855, se dio la Ley Lafragua que concedía de nueva cuenta la libertad de imprenta. El 25 de junio de 1856 se conoció la Ley Lerdo o Ley de Desamortización de Fincas Rústicas y Urbanas Propiedad de las Corporaciones Civiles y Religiosas.

Ambas serían discutidas dentro del Congreso y ratificadas y aprobadas en todas sus partes para incorporarse al texto constitucional del 57.

El comienzo del proceso. El Congreso inició sus sesiones el 18 de febrero de 1856.

En las tribunas parlamentarias denominó el grupo de liberales radicales partidarios de elaborar otro texto que permitiera romper definitivamente con el orden heredado de la Colonia.

Las sesiones del Congreso se llevaron a cabo desde el 4 de febrero de 1856.

Las diversas comisiones trabajaron intensamente y se presentaron acaloradas discusiones partidistas.

Los legisladores extremistas como Isidoro Olvera, José María Castillo Velasco y Ponciano Arriaga pronunciaran sus famosos votos particulares en los que exponían sus proyectos de ley que encerraban planteamientos de índole social.

Olvera se manifestó partidario de la existencia del Senado, de la libertad de cultos y propuso una nueva distribución territorial al señalar que la tierra que debería pertenecer a todos los hombres.

Por su parte, el voto de Castillo Velasco también se refería a la propiedad territorial con mención de su injusta distribución, y se mostraba partidario del aumento de propietarios y de otorgar soberanía a los municipios.

Pero sin duda el voto de Ponciano Arriaga fue el más radical en sus propuestas.

Pugnaba por la justa repartición de la propiedad territorial.

Sin embargo, estos votos y otras propuestas también novedosas no fueron incorporadas a la Carta Magna del 57, por considerarse, en ese momento, demasiado radicales.

El 16 de junio de 1857 se presentó en Cámara el proyecto de Constitución elaborado por Ponciano Arriaga, León Guzmán,

Mariano Yáñez, José María de Castillo, José María de Castillo Velasco, José María Mota y Pedro Escudero y Echánove.

La Constitución

Tras su discusión, la Constitución de 1857 quedó integrada por 8 títulos y 120 artículos que garantizaba los derechos del hombre; la soberanía nacional.

Dividía los poderes de la nación en Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

El Poder Judicial se integraría por tres departamentos: la Suprema Corte de Justicia y los tribunales de circuito y de distrito.

Con respecto a los estados exige que adopten en su interior el régimen republicano, representativo y popular,

Una serie de restricciones que limiten la soberanía estatal e impidan la disolución de la federación.

Se suprimen las alcabalas y las aduanas interiores, medidas éstas conducentes al fortalecimiento de la unión nacional.

Esta Constitución fijaría la posibilidad de reformas posteriores en beneficio del bien común y como medidas de adecuación a la realidad imperante.

La Constitución de 1857 se convirtió en la máxima ley que regiría sobre los destinos del país; ninguna otra ley podría estar por encima de ella.