Del despertar ciudadano, por Jesús Ramírez Cuevas

Todo parece indicar que estamos en el umbral de unas elecciones que cambiarán el destino de México. Lo más relevante, ha sido el despertar ciudadano.

Regeneración, 28 de junio de 2018.- El país está viviendo un despertar ciudadano que ha surgido de la inconformidad general frente a la situación de inseguridad y violencia, la carestía de la vida, el empobrecimiento constante de la gente, los gasolinazos, la criminalización de los jóvenes y la represión a defensores de derechos, la destrucción del territorio y el envilecimiento de las instituciones.

Pero el llamado “enojo social” como le dijo Peña Nieto, alimentó aun más su molestia con los interminables escándalos de corrupción de gobernadores, del gobierno de Peña Nieto, de partidos, políticos y candidatos.

Del enojo a la crítica; de la construcción de ciudadanía

El enojo social se fue transformando en indignación moral que dio impulso a la toma de la palabra por miles de personas de todas las edades, particularmente los jóvenes. En las redes y en las conversaciones cotidianas se fue construyendo un rechazo colectivo y consciente contra el régimen político actual. Y del sentimiento mayoritario a favor de un cambio, surgió en el proceso, un deseo auténtico en millones de mexicanos de participar y ejercer sus derechos como ciudadanos, entre ellos, uno esencial: el de votar libremente a sus gobernantes.

Este domingo una mayoría de ciudadanos va a sublevarse en paz en contra de un régimen fracasado y descompuesto que ha durado décadas y que sumió al país una noche oscura que ha dejado más de 230 mil mexicanos muertos.

Ofenden a la inteligencia aquellas opiniones vertidas por periodistas y académicos en los medios que atribuyen a la mayoría de la población un comportamiento irracional, cuando no aceptan sus ataques y mentiras, más que críticas razonadas, prejuicios y medias verdades, en contra de ya saben quien.

Como jueces de la sociedad, incluso cuestionan la democracia cuando la mayoría de los ciudadanos quieren optar por un camino distinto al que dicta el poder económico y político. Entonces señalan con dedo flamígero que el enojo no los deja pensar bien y convierten a los ciudadanos en menores de edad que no saben lo que hacen, visión que deja ver su clasismo y racismo, bases culturales de su pirámide mental.

Pero no hay nada más racional y consciente que rechazar a un sistema corrompido y corruptor que, sin importar el partido en el poder, ha convertido al gobierno en la gerencia de grandes negocios y al país en una fábrica de pobres, a los que les compran su voto a través de los programas sociales o en efectivo el día de las elecciones para perpetuarse en poder.

Una campaña del miedo que terminó en parodia de sí misma

Tras las acusaciones de , han venido una catarata de videos, programas, tuits, spots que intentaron influir en el estado de ánimo de la población con campañas de odio para provocar miedo y rechazo contra ya saben. Pero han fallado todas esas estrategias de la elite política y económica. Buscaron polarizar la elección, pero el país ya estaba polarizado por sus políticas y sus resultados. Hoy la mayoría de la gente ya no les cree. A los ojos de los ciudadanos, el régimen político y sus partidos perdieron toda credibilidad y legitimidad. Así la guerra sucia, incluidas sus mil llamadas a cada ciudadano en todo el país para convencerlos de que ya saben quien es el diablo, terminó revirtiéndose a sus promotores y se convirtieron sus videos y ataques en parodias de sí mismos.

En estos momentos, México se está viviendo un cambio social y político de trascendencia. Hay un ánimo de esperanza recorre todo el territorio. Estamos a punto de presenciar una revolución pacífica a la que le falta la prueba de fuego de las urnas.

Elecciones históricas

Las elecciones de este primero de julio serán históricas por varias razones: es la primera vez que se eligen simultáneamente más de 3 mil 500 cargos de representación popular: alcaldes, diputados locales y federales, senadores, nueve gobernadores y presidente de la República.

Un aspecto destacado de la contienda, es que el candidato opositor al régimen es el único que ha tenido un crecimiento imparable y de cara a las urnas, le dan una amplia ventaja considerable sobre sus adversarios.

Es la primera vez en la historia política de México que una fuerza de izquierda se presenta a unas elecciones presidenciales como primera fuerza y con una ventaja tan amplia.

Otra novedad es que los partidos tradicionales, PRI, PAN y PRD, ahora son minoría. Esto se explica en gran medida porque López Obrador, un opositor incansable al régimen, fue el único en conectar con el malestar social y de representar el hartazgo ciudadano –más de 75% de los mexicanos desaprueba al gobierno de Enrique Peña Nieto– que quieren un cambio.

López Obrador es un fenómeno nunca antes visto. Su campaña electoral ha sido exitosa: Por tierra y por redes, conjugando una campaña tradicional de plazas con una campaña moderna con el uso de la comunicación digital y de las redes sociales. Supo encausar la inconformidad social y despertar en millones una esperanza de cambio. Ha tenido un crecimiento espectacular y se le han rendido regiones antes vedadas para la izquierda como el norte del país y el occidente, Jalisco, Guanajuato o Yucatán. Podría ser el candidato a presidente más votado de la historia. Por si fuera poco, ha marcado la agenda nacional.

Rezagados

En un lejano segundo lugar se ha mantenido Ricardo Anaya, candidato del Frente integrado por el PAN, PRD y MC. Por su parte, José Antonio Meade sigue en tercer lugar.

Meade y Anaya se enfrascaron en una encarnizada lucha por el segundo lugar. Anaya, se estancó a partir de la denuncia en su contra por lavado de dinero en la compra-venta de una nave industrial. Anaya no logró conectar con la gente y su campaña no levantó como esperaba ni logró un bloque anti-AMLO. Meade se presentó como un ciudadano sin partido pero fue cobijado por la maquinaria priista. Cargó con el desprestigio del gobierno de Peña Nieto y con la corrupción del régimen.

Morena ¿logrará la mayoría?

El arrastre de López Obrador ha llevado a Morena a convertirse en la primera fuerza política nacional. Según el diario español El País, Morena sería el partido más votado, con cerca del 40% de votos, y con la suma del PES y PT alcanzaría 46%. Y por las leyes electorales podrían tener la mitad de los senadores y 280 diputados de 500, destaca el rotativo.

En las elecciones de las nueve gubernaturas, Morena tiene altas posibilidades en Ciudad de México, Morelos, Tabasco y Chiapas. En Veracruz y Puebla, Morena y PAN-PRD mantienen una muy cerrada competencia. En Yucatán y Guanajuato la elección está en tercios; y en Jalisco, MC lleva la ventaja.

Ante esta realidad, PRI, PAN y PRD maniobran para acortar las distancias con la compra de miles de votos.

A pesar de todo, el escenario electoral más probable es que Andrés Manuel López Obrador se dirige a ser el próximo presidente de México. Sin embargo, aun falta el voto ciudadano que decidirá libremente en las urnas el futuro del país.

Después del próximo domingo, los ciudadanos tendrán que hacer su parte para reconstruir el país y construir un México para todos.