El peligro para México es seguir con deuda, muertes y corrupción: Alfonso Romo

“El problema no es ya si Andrés Manuel López Obrador es Chávez o no, eso me da flojera, por ahí no va. Lo que más preocupa al país, a los empresarios, nacionales y extranjeros, es la seguridad”, indica el destacado empresario Alfonso Romo.

Regeneración, 12 diciembre 2017.- Andrés Manuel López Obrador, le encargó al empresario Alfonso Romo, desarrollar las líneas maestras de su plan de gobierno, el documento, que se presentó hace dos semanas en un multitudinario acto en el Auditorio Nacional, “es el resultado de todos los Méxicos, de todas las regiones”, celebra Romo en una entrevista con el diario español, El País.

Los focos se centran sobre López Obrador después de que sugiriera la posibilidad de amnistiar a los líderes del narcotráfico, unas declaraciones que, en opinión de Romo, se han sobredimensionado. “No se trata de perdón y ya. Lo que dijo es que iba a buscar todas las alternativas, teniendo en cuenta la opinión de las víctimas, para pacificar el país. Estamos poniendo los temas de frente. ¿Por qué no les gusta? Porque ha sido un fracaso la política de los últimos años. Si vemos las estadísticas de deuda, las muertes, la corrupción, queda claro que el peligro para México es seguir como vamos. No hay que engañarse, no estamos bien”, asegura el empresario.

“El problema no es ya si Andrés Manuel es Chávez o no, eso me da flojera, por ahí no va. Lo que más preocupa al país, a los empresarios, nacionales y extranjeros, es la seguridad”, incide Romo. “Yo creo que hay un 40% del terreno que no está produciendo: Tamaulipas, Veracruz, Guerrero… si seguimos, nos asustamos. Y no se trata solo de parar al narcotráfico, hay que abordar la pobreza, la falta de oportunidades.

Junto a la violencia, el otro problema que más preocupa a los mexicanos es la corrupción, ante la cual el encargado de trazar las bases del plan de Morena se muestra enfático. “El Sistema Nacional Anticorrupción está muy bien, pero hay que cumplirlo. Si acordamos un fiscal independiente, que lo sea.

Una de los esfuerzos de estos meses ha consistido en tratar de apaciguar la mala imagen que López Obrador sigue teniendo en buena parte del país, que lo considera una amenaza para México. Durante la conversación, Romo insiste en lanzar un mensaje de tranquilidad y de confianza, no solo con destinatarios internos, también a la opinión internacional y los mercados.

El empresario asegura que se revisarán “con buena fe” todas las reformas emprendidas por Enrique Peña Nieto. “Haremos aquellas modificaciones que, según nosotros, las mejoren o de acuerdo con nuestro plan de gobierno puedan complementarlas mejor”, afirma. En este sentido, incidió en que “ni va a haber nuevos impuestos ni los vamos a subir. La verdadera reforma fiscal va a estar en que vamos a reducir el gasto y llegar a un equilibrio fiscal en tres años. No vamos a generar ruidos, vamos a ver qué funciona y qué no”. “Vamos a ahorrar y distribuir, estamos siendo muy pragmáticos en el corto plazo, no vamos a abrir la caja de Pandora para dar tranquilidad. En un cambio de gobierno de izquierda, lo que digamos nos lo van a multiplicar por 2.000. Nadie se va a pelear con la certeza y el capital”, completa Romo.

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Reconoce que en el norte del país, el rechazo entre los empresarios más poderosos continúa. “Mi sensación es que, entre la clase media y media alta de empresarios, desde 2012 ha habido un cambio. Si antes había un rechazo del 80% entre ellos, ahora el 45% está con Andrés Manuel. El norte del país es el reto más grande, es un mercado más preparado y sofisticado, pero que ya no quiere ni al PRI ni al PAN. En 2012 no había cansancio, había una esperanza de que el PRI iba a gobernar mejor. Ahora un hartazgo, eso nos está viniendo bien”.

El otro gran desafío será la implantación de Morena, un partido fundado hace cuatro años, en todo el territorio. “La protección del voto va a ser el gran reto de la elección. Vamos a necesitar un ejército para proteger la compra del voto. Hay que hacer una gran alianza con la sociedad civil para que todos salgamos a proteger la elección”.

Romo afirma que no formará parte del Gabinete que presentará López Obrador en los próximos días. “En el Gabinete no voy a estar, puedo tener conflictos de intereses, y aunque sean pocos no quiero que me los hagan grandes”, asegura Romo, quien insiste en que seguirá ayudando al tabasqueño. “Si gana, pienso seguir siendo su asesor, tan importante como él decida”.

En otra entrevista también publicada ayer, pero ahora por La Jornada, Alfonso Romo Garza suelta el dato: prácticamente un tercio del territorio nacional no produce a todo su potencial por causa de la violencia. El país está cansado, es un momento delicado, apunta. Coordinador de Proyecto 18, una propuesta con la que Morena se presentará a los electores para la votación del próximo año, sostiene: a México hay que entusiasmarlo. No hay que pelearnos, hay que confrontar ideas.

A su juicio, el país corre el riesgo de convertirse en un maquilador de productos de bajo valor; o de perder, por el azote de la violencia, la oportunidad de desarrollo que representa el turismo. Las alternativas están en una política industrial, fortalecer el mercado interno, apoyar la producción de alimentos y preparar a los jóvenes para los empleos del futuro, resume. Y de esa serie de propuestas, dice, trata Proyecto 18 (www.proyecto18.mx ).

Lo que hizo Morena, sentarnos a todos, militantes y no militantes a formular un proyecto es un gran mensaje. Para mí es lo más importante. El plan siempre puede ser mejorado, lo importante es el mensaje, agrega.

Un aspecto importante en el plan de nación es que sí va a haber política industrial, a diferencia de lo que ha venido sucediendo en los pasados 40 años, afirma. No queremos un país maquilador, con sueldos de maquilador, donde la ventaja competitiva frente a otras naciones sea solamente el bajo salario.

Hay que hacer un esfuerzo por aumentar el contenido nacional, el contenido de América del Norte; creemos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en las oportunidades de negocio y en mejores salarios. También, dice, se deben emprender acciones para promover, con un marco fiscal adecuado, las nuevas tecnologías “para que los jóvenes sepan qué estudiar en un mundo donde la manufactura se está robotizando, que tengan herramientas para conseguir mejores chambas que las de un maquilador.

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“Hay un déficit de 300 mil ingenieros de software en Estados Unidos. Mi pregunta es por qué se van a la India. Por qué no a México. Y además, no necesitamos sólo ingenieros, podemos preparar especialistas técnicos en software, pero los sueldos son de 15 mil o 20 mil pesos, de 10 salarios mínimos.”

Añade: planteamos toda una política industrial y una agrícola para crecer por regiones y todo el país. No puede ser que en Sinaloa se produzcan 10 toneladas de maíz por hectárea y en Oaxaca 750 kilos. Si se logra subir la productividad con uso de tecnología estamos hablando de un fuerte aumento en el ingreso de las personas.

–¿Cómo ha sido recibido el plan que presentó a Morena?

–No puede haber éxito en ningún plan si no hay confianza y certidumbre. Lo que se presentó a Morena fue todo alrededor de crear confianza y certidumbre en todos los sectores, a pesar de la guerra sucia. Tenemos que demostrar con hechos que esto lo creemos y lo vamos a llevar a cabo. Soy muy claro: no va a haber cambio de reformas, no vamos a presentar reformas nuevas; vamos a revisar todo. Y vamos a revisar, y aquí lo aclaro, de buena fe. Lo que está funcionando, dejémoslo. Lo que no, corrijamos el rumbo. Pero el país tiene que estar en calma.

–Hay críticos que aseguran que el proyecto de Morena más que de futuro es un regreso al pasado.

–¿Cuál es el regreso al pasado? Hablan de conservar los balances macroeconómicos. Pues resulta que no los hemos tenido. La deuda representaba 27 por ciento del producto interno bruto en 2006 y ahora ya vamos en 50 por ciento del PIB. La dependencia energética y alimentaria es mayor que hace 15 o 20 años; hay 80 mil muertos por año; el déficit fiscal ha crecido. ¿Qué es volver al pasado? Si significa volver a tener un crecimiento de 6 por ciento en lugar de 2 por ciento; que va a haber seguridad en el país y atención a todas las regiones del país, pues entonces hay que volver al pasado, porque el presente está muy descuidado. Hay que preguntar quién está bien en el presente. Lo que planteamos para el futuro es crear un marco, una política industrial, una agrícola, tener un mejor balance en las regiones de México; un marco para que florezcan las nuevas tecnologías.

La tarea es entusiasmar a México y demostrar que sí puede haber un cambio real. Eso va a ser muy importante para que México se entusiasme. No hay que pelearnos, hay que confrontar ideas, propone.

 

Con información de El País y La Jornada