Habitantes de Chilapa y Zitlala, Guerrero, temen por sus vidas y migran por violencia

El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan denunció la situación que padecen los habitantes de la comunidad Quetzalcoatlán de las Palmas, Zitlala, quienes son amenazados por un grupo de la delincuencia organizada.

Regeneración, 27 de marzo de 2018.- Desapariciones y ejecuciones son el pan día con día de los habitantes de los municipios de Chilapa y Zitlala, Guerrero, que ha llevado al desplazamiento de por lo menos 500 personas de ambos municipios por la violencia que ejercen grupos de la delincuencia organizada, denunció el Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”.

Uno de los ejemplos es el de la comunidad de Quetzalcoatlán de las Palmas, Zitlala. En 2016 sufrieron una embestida criminal por parte de un grupo de la delincuencia organizada dejando 6 personas asesinadas.

Tlachinollan denunció que ninguna autoridad intervino y la población tuvo que salir de sus casas. Fueron 34 familias aproximadamente las que emprendieron la huida, encontrando un refugio provisional en el DIF municipal de Zitlala. Con el apoyo del Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón solicitaron medidas cautelares que de inmediato fueron otorgadas por la gravedad del caso.

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“Fue tanto el desprecio y el trato discriminatorio por parte del personal de la municipio, que optaron por regresar a su comunidad a pesar de los riesgos de ser víctimas de otra acción violenta. Con el apoyo del Centro Morelos se logró el acuerdo con el gobierno del Estado de brindar protección policíaca a las familias que habían decidido retornar a su comunidad”, indicó la organización de derechos humanos.

Sin embargo, las amenazas continúan para la comunidad, ya que el pasado sábado 24 de marzo un grupo armado amenazó a un grupo de mujeres que fueron a una reunión del programa Prospera, lo cual podría desencadenar los hechos del 6 de enero del 2016.

Tlachinollan explicó que el grupo de 10 mujeres no tuvieron problemas con la ida, pero cuando regresaban un grupo de civiles armados instaló un retén en la salida de la comunidad de Tlaltempanapa rumbo a Copalillo y los increpó con la siguiente pregunta: “¿Quién viene al frente del grupo?”.

“Las mujeres atemorizadas no tuvieron otra opción que señalar a la esposa del comisario. De inmediato la señora fue obligada a bajarse del carro, separándole del grupo. Le apuntaron con sus armas y le dijeron: ‘No vuelvan a pasar por este camino. Tú sabes que quien no respeta esta orden le puede pasar lo que sucedió hace dos años. Ya no queremos que sigan los policías en su pueblo. Si quieres que no te pase nada tienes que ir con el comisario a decirle que saque a los policías que vienen de Chilpancingo ya no los queremos ver aquí. Más vale que le digas y que el comisario lo haga, porque si no vamos a ir a sacarlos a todos’”, denunció por medio de un comunicado.