Hija de Berta Cáceres: Ayuda militar de EU alimentó violencia en Honduras

En Washington, dos activistas se instalaron frente a la Agencia para el Desarrollo Internacional. “Dejen de financiar los asesinatos en Honduras”, exigían.

 

Hija de Berta Cáceres La ayuda militar de los EU alimentó la violencia en Honduras

Regeneración, 21 de marzo, 2016.- Otro ambientalista indígena ha sido asesinado en Honduras, menos de dos semanas después del asesinato de la conocida activista Berta Cáceres. Nelson García fue muerto a balazos el martes después de volver a su casa de ayudar a indígenas que habían sido desplazados en un desalojo de las fuerzas de seguridad hondureñas. García era miembro del COPINH, el Consejo Civil Popular de Organizaciones Indígenas de Honduras, cofundado por Berta Cáceres, que ganó el prestigioso Premio Ambiental Goldman el último año, por su lucha de más de una década contra la presa Agua Zarca, un proyecto planeado a lo largo de un río sagrado de la gente del pueblo Lenca.

Berta fue asesinada a tiros en su casa el 3 de marzo. El martes, miles convergieron en Tegucigalpa para el inicio de la movilización para demandar justicia para Berta Cáceres y un fin a lo que ellos llaman es una cultura de represión e impunidad vinculado al apoyo del gobierno hondureño a los intereses corporativos.

En este contexto, cientos de personas, la mayoría de ellas mujeres, se reunieron afuera de la Misión hondureña de las Naciones Unidas cantando “Berta no murió” se multiplicó”.

La hija de Berta Cáceres declaró durante esta movilización para Democracy Now:

“Hoy estamos aquí para demandar justicia y una explicación por el crimen y muerte de mi madre, Berta Cáceres. Soy su hija mayor. Hemos lanzado una lucha, una batalla a nivel internacional para ejercer presión y demandar que la ayuda de las agencias que financian estas corporaciones multinacionales que vienen a saquear y a exterminar a nuestra gente, para derramar nuestra sangre en nuestros territorios, para crear conflictos territoriales. Les estamos exigiendo que dejen de financiarles para que dejen nuestro país. No queremos compañías internacionales que vienen a financiar la muerte, la sangre y la exterminación en nuestras comunidades.”

El viernes por la tarde, en su programa de Democracy Now, Ammy Goodman comunicó que el pasado miércoles, en una victoria para quienes apoyan la causa de Berta Cáceres, el banco de desarrollo alemán FMO y el banco finés de desarrollo dijo que suspenderían su financiamiento a la presa de Agua Zarca. En un comunicado, FM dijo que estaba en “shock” por la muerte de Nelson García y que frenaría todas sus actividades en Honduras.

Mientras tanto, agregó Goodman, en Washington D.C., dos activistas realizaron una instalación de arte enfrente de la Agencia para el Desarrollo Internacional para oponerse al apoyo de la agencia a la presa. Desplegaron una bandera que decía “Dejen de financiar los asesinatos en Honduras”.

Activistas de Honduras dicen que cinco miembros del COPINH han sido asesinados desde que inició la construcción en 2013. El miércoles, en otra acción en Washington D.C., dos activistas interrumpieron una reunión del Consejo de las Américas. Señalaron al embajador de Estados Unidos en Honduras, James Nealon, diciendo que tiene sangre en sus manos.

Entre tanto, cientos de personas se reunieron en Nueva York el miércoles afuera de la Misión de Honduras para las Naciones Unidas. Entre ellas estaba una de las hijas de Berta Cáceres, también llamada Berta, y parte del COPINH, quien declaró para el portal americano Democracy Now:

“Tenemos que entender por qué estos proyectos son tan importantes. El gobierno tiene todas sus instituciones al servicio de estas compañías, porque son capaces, -como en Rio Blanco, en la defensa que tuvimos en Gualcarque, porque estos negocios son capaces de movilizar comando antiterroristas, como el comando Tigres, la policía militar, la policía nacional, las guardias de seguridad, hombres de ataque, etc.. No es algo simple. Tiene que haber algo más profundo, debajo de la superficie, que mueve todo ese poder. Y queremos entender esto mejor. Tenemos que entenderlo porque tenemos la obligación como miembros del COPINH de sostener estos debates en donde sea. Y esto ayudará a estas luchas de resistencia que estamos teniendo en nuestras comunidades.”

En estas movilizaciones, algunos indígenas de la comunidad garífuna también declararon sobre la situación de exterminio que se vive en el país latinoamericano. “queremos que nuestros hijos respiren aire limpio, las generaciones que vienen. Queremos tener ríos. No queremos solamente lavar nuestra ropa. También queremos poder beber el agua y poder tener agua en nuestras casas. Esa es la lucha que estamos sosteniendo. Por eso nos matan. Por eso mataron a Berta Cáceres.

Laura Cáceres, otra de las hijas de Berta añadió:

“Mi madre no ha sido asesinada. Mi madre fue sembrada, y ella nacerá y renacerá. Y esto, que ellos trataron de hacer, este fuego es la lucha de la gente, lo único que hicieron que fue fortalecerlo más, trataron de apagar el fuego con gasolina.

Berta Cáceres agregó que su tarea ahora es seguir denunciando lo que le ocurrió a su madre. Decir la verdad sobre su asesinato. En Honduras, la situación está muy manipulada por los medios, y la forma en que los gobiernos están lidiando con ello es muy lamentable, según Berta (hija).

Una de las demandas de las hijas de Berta y del COPINH hacia el gobierno de los Estados Unidos es que les acompañen en sus exigencias. Han señalado ya los puntos que han recibido muy poca atención en su propio país. El gobierno de Honduras, dijo Berta Zúñiga Cáceres, solo está interesado en lo que se dice internacionalmente pero no está poniendo atención ni dando seguimiento a lo que ocurrió a Berta. Así que, declara Zúñiga Cáceres, es crucial que una comisión de investigaciones se forme, que esté compuesta por expertos que cuenten con la confianza de la familia y la organización ya que la investigación que se ha llevado a cabo hasta ahora ha sido muy limitada, y los resultados que tenga no cuentan con mucha credibilidad para la familia de Berta.

La postura del pueblo Lenca es defender la vida de las comunidades y preservar la vida, no solo para ellos mismos sino para todo el mundo. Es muy importante comprender la diferencia entre el punto de vista de las comunidades indígenas y el modelo extractivista que de verdad representa la desposesión, el pillaje de los bienes naturales, y, a lo largo del tiempo, la muerte de las comunidades y su modo de vida. Por eso mi madre se oponía tan firme y fervientemente a estos proyectos, porque no traen nada del supuesto desarrollo que dicen traer. Ellos realmente representan la muerte.

 

Fuente: Democracy Now.