Italia 1990…¡Mi primer Mundial !

 

Por  Tato Schab

 

20 años no es nada,  canta Gardel. Tenía  9 años cuando dió inicio el Mundial Italia 90. El primero que vería con la plena conciencia y atención que le puede brindar un niño. Desde pequeño siempre fui aficionado al fútbol y el Mundial representaba todo un acontecimiento para mí. Recuerdo que tenía un álbum de figuritas que nunca llené. La más difícil era, por supuesto, la de Diego y a mí me tocó la de…adivinen…Valdano!!! – Pero Valdano no juega!! – me anotició un amigo que sabia bastante más que yo. En fin, vamos a lo que importa.

La inauguración fue todo un estimulo visual y auditivo. Me refiero a los colores, las banderas, la tribunas…las modelos que desfilaban…y  porque me cautivó la canción del mundial. Seguramente todos la recordarán…la de  “noti magiqueeee”.  Que temazo.

El primer partido lo vi en mi colegio primario.  Tenía clases, pero la seño se apiadó y colocó en el aula un televisor grande  para que lo disfrutemos todos. –  Donde queda Camerún? –  pregunté. Mi amigo me dijo – Son africanos y son de temer. Antes de la patada inicial vi a Maradona haciendo jueguitos con el…hombro…y me llamó la atención. Comenzó el partido, muy reñido, – estos de Camerún son duros- pensé. Luego vino el gol de Omán Biyik, que saltó como Michael Jordan y cabeceó débil pero que se le escapó al pobre Pumpido. También me sorprendió un jugador rubio que entró. Su apellido era Caniggia y jugaba con la 8…ahhh y su segundo nombre era Paul. Patadas criminales sobre  Diego y Cani, situaciones de gol desperdiciadas…perdimos. 

 El siguiente rival era la Unión Soviética  y el escenario se trasladó a lo de mi Abuela Dota y a su viejo y eterno Telefunken. Mi abuelo vaticinó  “Burru  va a hacer un gol”. Se cumplió lo que predijo mi abuelo y con otro de Troglio conseguimos la primer victoria. Ahhh el arquero Pumpido se fracturó y lo reemplazó un jovenzuelo con un apellido raro. Sinceramente no recuerdo el partido contra Rumania donde quedamos 1 a 1.

Nos tocó Brasil en octavos y a fuerzas me aprendí el nombre del  nuevo arquero argentino por tantas intervenciones!! Sergio Goycochea era la figura del partido.  Mi viejo, fiel a su estilo, me dijo que íbamos a perder, que no me haga ilusiones,  y se fué a la cocina. Estaba  solo frente a  la TV cuando de repente lo vi a Claudio Paul Caniggia irse solo a la portería (previo jugadón antológico de Diego con pase incluido)…- va a patear – pensé  yo. Pero no. El bueno del pibe gambeteó al arquero y gol gol gol golazo y llorar a la iglesia Brasil. Mi viejo volvió de la cocina y sonreía incrédulo.

Se viene Yugoslavia en cuartos y solo me acuerdo que fue aburrido. Otra vez en lo de mi abuela Dota y llegan los penales. Erra Maradona y yo no lo podía creer!  – Como puede fallar el mejor del mundo?-  pensé.  Por suerte Goycochea  – que para ese entonces ya era “Goyco”, atajó dos y a semifinales con Italia!!.  Justo tenía clases pero obviamente todo el colegio frente al famoso televisor para ver que un tal “Totó”  Schilachi convertía el primero para la Azurra.  Estábamos desilusionados hasta que vino un centro al área italiana y el pibe rubio con la 8 en la espalda la peinó y adentro. Muchos papelitos de cuadernos volaron por el aire. A penales otra vez y a verlo nuevamente en lo de mi abuela. Diego no falló y el gran Goyco, que ya era ídolo total, atajó dos.  A la final! Si señor! Increíble! Mi primer Mundial y mi país estaba en las instancias definitorias. Pero el rival no era otro que el temido Alemania, con Lothar Mattahus  y un flaco llamado Klinsmann que me había impresionado. Que jugador!. La sede fue en mi casa, y esta vez nos acompañó, entre otros, un talentoso futbolista santarroseño, ahora devenido en periodista,  que conduce un programa radial llamado “Bajo la suela”.

La gran final. Me acuerdo de dos cosas: un penal para Alemania que Goyco estuvo a punto de atajar y las lágrimas de Diego, eso no lo olvidaré. Les confesaré que, a pesar de la derrota, no me sentía triste. La selección había llegado hasta lo más alto y estuvo a un paso de coronarse. Mi primer mundial colmó ampliamente mis expectativas.

Para concluir mi relato les cuento que hace aproximadamente un mes volví a ver,  luego de muchísimo tiempo, una película sobre  Italia 90 llamada “Héroes II”. Me despertó toda clase de recuerdos y creo que me motivó a escribir estas líneas. Y hasta re – descubrí una cosa…que el árbitro mexicano Codesal nos robó!  No fue penal!. Ahora que vivo en México no descansaré hasta encontrar a este hombre y cantarle las 40, porque a pesar de que transcurrió ya mucho tiempo,  para mí y para Gardel, 20 años no es nada.

 Dedicado para mi amigo hermano futbolero, Pablo Grimberg

 

Tato Schab

México,  Distrito Federal. 28 de julio de 2011.

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