Llaman a detener geoingeniería y experimentación climática

La geoingeniería climática se refiere a una serie de propuestas tecnológicas a gran escala, que podrían tener impactos devastadores en el ambiente, los ecosistemas y las comunidades en muchas partes del mundo

¡No manipulen la Madre Tierra!

Regeneración, 4 de octubre del 2018. En un manifiesto publicado hoy, 23 organizaciones internacionales, 6 “premios Nobel alternativos” y 87 organizaciones nacionales de cinco continentes, llaman a parar la experimentación y consideración de la geoingeniería climática.

Entre los firmantes hay movimientos de pueblos indígenas y movimientos campesinos, así como redes de organizaciones ambientalistas y de justicia climática, entre otras.

El manifiesto se publica en la misma semana que el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) debate en su reunión en Corea del Sur un nuevo informe sobre cómo limitar el calentamiento global a no más de 1.5 grados Celsius.

Muchos prevén que el informe de IPCC promoverá el uso de las tecnologías de geoingeniería, altamente controvertidas y no probadas.

La geoingeniería climática se refiere a una serie de propuestas tecnológicas a gran escala, mayoritariamente téoricas, que podrían tener impactos devastadores en el ambiente, los ecosistemas y las comunidades en muchas partes del mundo.

Sus proponentes argumentan que podrían aliviar los síntomas del cambio climático, por ejemplo intentando bajar la temperatura global, a través de bloquear parte de los rayos solares, reflejar la luz solar de vuelta al espacio, o capturar dióxido de carbono de la atmósfera para almacenarlo en fondos geológicos terrestres o marinos.

El concepto ha sido ampliamente promovido por un pequeño número de gobiernos, corporaciones y científicos de los países más poderosos y más climáticamente contaminantes, quienes en años recientes han incrementado la investigación en geoingeniería y el cabildeo para que ésta se considere como una respuesta al cambio climático.

Más recientemente, grupos de científicos anunciaron la intención de hacer experimentos al aire libre, para probar si es posible la implementación de las tecnologías de geoingeniería.

Los firmantes del manifiesto cuestionan los supuestos beneficios de la geoingeniería y señalan que todas las tecnologías de geoingeniería conllevan riesgos y que si se despliegan a gran escala, podrían incluso empeorar el cambio climático.

Entre otras demandas, llaman a:

-Prohibir los experimentos en campo abierto y el despliegue de la geoingeniería.

-Alto a los experimentos propuestos a campo abierto, incluyendo

a) El proyecto SCoPEx en Arizona, que pretende inyectar partículas de sulfato y otros materiales en la atmósfera para probar su eficacia en reflejar la luz del sol;

b) El proyecto Ice911 en Alaska, que pretende diseminar millones de microburbujas de vidrio sobre el hielo en el Ártico para reflejar la luz del sol y enlentecer el derretimiento de hielo;

c) El Proyecto de Blanqueamiento de Nubes Marinas, que se planea llevar a cabo en California, en la bahía de Monterrey, que quiere inyectar agua salada en las nubes para hacerlas más blancas y reflejantes;

d) Los proyectos de la empresa Oceaneos para hacer fertilización oceánica en Chile y Perú.

e) Todos los experimentos en Estados Unidos pretenden hacerse sobre territorios indígenas.

Alto a todos los proyectos a gran escala de captura y almacenamiento de carbono y captura directa de aire porque sirven para perpetuar las industrias de extracción de combustibles fósiles.

-Alto a todos los proyectos de bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS por sus siglas en inglés) porque además de ser técnicamente inviables, tendrían graves impactos en el uso de la tierra, la soberanía alimentaria, el ambiente y la biodiversidad.

-Apoyo a la diversidad de alternativas de las organizaciones y movimientos populares para enfrentar el cambio climático, que están probadas, no son riesgosas, pero no están siendo consideradas en los informes y negociaciones de cambio climático.

El movimiento internacional contra la geoingeniería se consolidó en 2010, cuando más de 35,000 personas de movimientos populares y de justicia climática se reunieron en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra en Cochabamba, Bolivia, declararando allí su oposición a la geoingeniería.

Allí se inició la campaña “No manipulen la Madre Tierra”.

En Septiembre 2018, en el marco de la semana “Solidaridad para las Soluciones”, dedicada a las propuestas de las organizaciones de base frente al cambio climático, una amplia alianza de organizaciones, entre ellas la Red Indígena Ambiental y la Alianza de Justicia Climática, se comprometieron a relanzar la campaña “No manipulen la Madre Tierra” con renovadas energías.

Consideraron esto indispensable frente a la creciente presencia de la geoingeniería climática en las negociaciones y en ámbitos académicos, así como frente a las propuestas de realizar experimentos de campo abierto de las tecnologías de geoingeniería.

Ha iniciado un nuevo movimiento para detener la geoingeniería y en solidaridad con las comunidades y organizaciones que resisten los experimentos de geoingeniería.

¿Qué es la geoingeniería?

El término geoingeniería se refiere a una serie de tecnologías propuestas para intervenir deliberadamente y alterar los sistemas de la Tierra a gran escala (es decir, planetaria). Existen dos direcciones principales para tales intervenciones: una es una serie de tecnologías cuyo propósito es reducir la cantidad de luz solar que ingresa a la atmósfera de la Tierra, para enfriar artificialmente el clima.

Estos enfoques llamados “manejo de la radiación solar” (MRS) podrían consistir, desde la inyección de aerosoles en la estratósfera para imitar el efecto de una erupción volcánica o el blanqueamiento de nubes o de la superficie de los océanos para hacerlas más reflejantes.

La segunda categoría de intervenciones en los sistemas terrestres se agrupan bajo la denominación: “remoción de dióxido de carbono” (RDC) o “remoción de gases de efecto invernadero” (RGEI), cuya finalidad es absorber dióxido de carbono de la atmósfera en gran escala y enterrarlo en el subsuelo, en los océanos o en grandes plantaciones de monocultivos de árboles.

En general, la geoingeniería puede comprender intervenciones sobre la tierra, los océanos o la atmósfera e implica grandes riesgos e impactos adversos para las comunidades humanas, los ecosistemas y los procesos naturales, así como para la paz y la seguridad mundiales.

Lea el manifiesto completo AQUI