Por Pedro Gellert

Bajo el liderazgo del Partido del Trabajo de Vietnam, hoy Partido Comunista de Vietnam, el pueblo vietnamita lanzó exitosamente la Ofensiva General de Primavera de 1975. Esta culminó con la victoria histórica del 30 de abril de 1975, cuyo apogeo fue la liberación completa de la región del Sur y la reunificación nacional, que marcó un punto de inflexión en la historia del país indochino.
Fue una victoria también de y para las fuerzas progresistas del mundo entero, ya que se demostró de que sí era posible vencer al ejército más poderoso del planeta y comenzar a edificar una nueva patria, libre y en el camino al socialismo.
En aquellos días llenos de ambiente revolucionario y alegría de la gran victoria, el 19 de mayo de 1975, México fue el primer país de America Latina y uno de los primeros países en el mundo en establecer relaciones diplomáticas con un Vietnam unificado.
La relación entre los dos países es especial y memorable porque el 19 de mayo es también el natalicio de Ho Chi Minh, el primer presidente de Vietnam y héroe de la liberación nacional. Ho Chi Minh, también conocido como el tío Ho, nació el 19 de mayo de 1890. Fue un emblemático revolucionario vietnamita, fundador del Partido Comunista de Vietnam, primer ministro de la República Democrática de Vietnam y presidente de esa nación.
En México en particular y en América Latina en general, se ha notado claramente el respeto, el amor y el homenaje a Ho Chi Minh de todos los sectores de la sociedad. En 1969, el presidente Lázaro Cárdenas escribió en sus apuntes: “Ho Chí Minh y Gandhi, dos luchadores, ejemplos de virtudes cívicas en la historia universal, que sirvieron a su patria con estoica rectitud, sin omitir esfuerzos personales, sin vanidades y con el único fin de liberar a sus pueblos de la opresión extranjera”.
Hasta el momento, se han construido tres monumentos a Ho Chi Minh en ciudades importantes de México, CDMX, Acapulco y Guadalajara.
Vietnam sigue siendo un faro para los revolucionarios del mundo. Los impresionantes logros de ese país en los últimos años, entre ellos un crecimiento económico el año pasado de 7.1% y avances importantes en todos los campos de bienestar social y material de su población demuestran la validez de un proyecto nacional social basado en los ideales de la solidaridad humana y el bienestar para todos. La experiencia vietnamita, en particular su reforma económica de renovación e innovación conocida como Doi Moi y la nuestra, conocida como la Cuarta Transformación y el humanismo mexicano, son dos caminos hacia el mismo objetivo, desde luego, cada uno basado en la historia y cultura política de su país respectivo.
A nivel oficial, las relaciones bilaterales entre Mexico y Vietnam se nutren y desarrollan sobre la base de la confianza política, la amistad, la cooperación sostenible, el respeto mutuo y la cooperación multifacética. En los últimos años, han logrado muchos avances impresionantes en todos los campos, como la diplomacia, economía, comercio, cultura, educación, seguridad, defensa, y turismo. Gracias a las condiciones favorables del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT), el intercambio comercial sigue siendo el punto más sobresaliente en la relación bilateral. En 2024, el volumen de comercio bilateral alcanzó los 15 mil millones de dólares, un aumento de 27,5% respecto a 2023. En el futuro próximo, las relaciones bilaterales aún tendrán mucho espacio para promover la cooperación. Además de fomentar los lazos comerciales, los dos países también necesitan ampliar la explotación de las áreas potenciales como la agricultura de alta tecnología, la industria de alto valor agregado, la innovación, la transformación digital, la transformación verde, el desarrollo sostenible, la cooperación en investigación científica conjunta sobre la respuesta al cambio climático, la transferencia de tecnología, la capacitación de recursos humanos de alta calidad para servir al desarrollo a largo plazo de ambos países.
Terminamos esta breve reseña escrita por motivos de las dos fechas previamente mencionadas, con una canción vietnamita, La Balada de Ho Chi Minh, cantada en español por Rolando Alarcon:
Más allá, donde el sol levanta,
en la tierra y en el golfín,
vive el padre del pueblo de Indochina,
un pueblo que lucha junto a Ho Chi Minh.
Ho, Ho, Ho, Ho Chi Minh,
Ho, Ho, Ho, Ho Chi Minh.
En Saigón la montaña ruge
y los valles en silencio están
porque el joven y el viejo campesino
luchan por la libertad para su Vietnam.
Ho Chi Minh era un marinero
que una tarde regresó feliz
y encontró que su pueblo estaba triste;
triste no era la esperanza de Ho Chi Minh.
Ho Chi Minh se fue a la montaña
y su pueblo también marchó
y soñaba que su tierra era libre,
contra el enemigo y contra el invasor.
Y creció como un mar gigante
cien y miles junto a Ho Chi Minh.
Florecían soldados para el pueblo,
para dar la libertad, para el Viet Minh.
«Libertad» gritan las banderas
y en la selva se oye una canción:
es el pueblo que marcha a la victoria,
paz y libertad serán para el Vietnam.