Recuperación de bosques en China, esperanzadora

El destino de los bosques de la nación más poblada del mundo tiene consecuencias globales en virtud de la magnitud del país y su rápido desarrollo.

 

Recuperación de bosques en China, esperanzadora

Regeneración, 21 de marzo de 2016.- El programa de reforestación intensiva en China está dando resultados. La vasta destrucción de los bosques de China se niveló después de décadas de explotación forestal, inundaciones y conversión a tierras de cultivo, se ha vuelto una historia de recuperación, de acuerdo a una primera verificación independiente.

La vasta destrucción de los bosques en China, luego de décadas de deforestación, inundaciones y conversión a tierras de cultivo, se ha vuelto una historia de recuperación, de acuerdo a una primera verificación independiente, publicada en los avances Científicos de la Universidad del Estado de Michingan, por investigadores de la institución.

“Es alentador que el bosque de China se esté recuperando en medio de sus retos ambientales como la severa contaminación del aire y la escasez del agua,” dijo el coautor Jianguo “Jack” Liu, titular de sustentabilidad y director del MSU Center for Systems Integration. “En el mundo multiconectado de hoy, China está incrementando su conexión con otros países tanto ambiental como socioeconómicamente. Cada victoria debe ser medida holísticamente, o no estamos obteniendo un cuadro real.”

Los bosques son cruciales para asegurar la conservación del suelo y del agua, y la regulación del clima. El destino de los bosques de la nación más poblada del mundo tiene consecuencias globales en virtud de la magnitud del país y su rápido desarrollo.

Desde el inicio del siglo 21, China ha implementado la conservación y recuperación de bosques más grande, con áreas deforestadas en la base del programa de reforestación Wolong China, de la mano del Programa de Conservación Bosque Natural, que prohíbe la deforestación, y en algunas áreas boscosas compensa a los residentes por monitorear actividades que previenen la tala y la extracción de madera ilegal.

Los científicos del MSU usaron una técnica única de combinación de datos, incluyendo la vista en gran cuadro del radiómetro de la NASA “Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer (MODIS)”, junto con imágenes de alta resolución espacial disponibles en Google Earth. Entonces combinaron los datos en distintas escalas para correlacionar el estado de los bosques con la implementación del NFCP.

Y, justo como el gobierno Chino lo había contemplado, el programa está funcionando y los bosques se están recuperando, con cerca del 1.6%, o cerca de 61,000 millas cuadradas, del territorio chino que está viendo una ganancia de cobertura de árboles significativa. , mientras con un 0.38%, o 14 mil millas cuadradas, que habían experimentado una pérdida significativa.

En el futuro será importante cuantificar cuanto del bosque de China se ha ganado, y si la mejoría en la captación de carbón pudiera representar una pérdida para lugares como Madagascar, Vietnam e Indonesia. Estos son algunos de los países que están talando sus bosques para vender sus productos a China. Y el aumento global de gases de efecto invernadero y la pérdida de biodiversidad podría cambiar su dirección.

Viña señaló que se necesita más investigación para documentar los impactos más amplios de la degradación de los bosques y la recuperación de todo el mundo. También señaló que el apetito voraz de los recursos naturales – tanto la madera y los productos agrícolas cultivados en tierras forestales convertidas – no es sólo cuestión de China.

“Todos somos parte del problema de una manera u otra”, dijo uno de los investigadores. “Todos compramos productos de China, y China no ha cambiado sus importaciones y exportaciones de madera en lo absoluto. Lo que ha cambiado es solamente de dónde está viniendo la madera.”

Además de Viña y Liu, “Los efectos de la política de conservación en la recuperación del bosque de China” fue escrito por el profesor asociado MSU William McConnell, e ICS, estudiantes de doctorado Hongbo Yang y Zhenci Xu.

El trabajo fue apoyado por la Fundación Nacional de Ciencia y MSU AgBioResearch.

 

Fuente: Michigan State University.