Sierra Norte de Puebla: laboratorio de la reforma energética

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Por el gran número de concesiones mineras, petroleras y de proyectos hidroeléctricos y por sus movimientos de resistencia, la Sierra Norte de Puebla es el “laboratorio” de prueba para la aplicación de la reforma energética. Entrevista con Francisco López Bárcenas, especialista en derechos indígenas 

por Leticia Ánimas

Regeneración, 9 de julio de 2015. Huauchinango, Puebla. Por las concesiones de los recursos mineros, hídricos y de hidrocarburos que se han entregado en la Sierra Norte de Puebla, pero también por sus movimientos de resistencia, esta región puede considerarse un “laboratorio” de la Reforma Energética, consideró Francisco López Bárcenas, abogado especializado en derechos de los pueblos indígenas.

En entrevista con este medio, luego de la asamblea en la que pobladores de San Felipe Tepatlán obligaron a su alcalde a revocar las licencias municipales otorgadas a la empresa Deselec-Comexhidro para la construcción de la hidroeléctrica Puebla 1, el profesionista destacó la importancia que tiene esta región poblana para la industria extractiva y las generadoras de energía.

“La Sierra Norte de Puebla es el espacio, yo diría el laboratorio, en donde se está probando la reforma energética. Aquí hay proyectos mineros, proyectos hidroeléctricos para alimentar a las empresas privadas, hay proyectos de explotación de hidrocarburos. No puede ser otra cosa que un laboratorio de lo que está pasando”, indicó.

A comparación con lo que ocurre en otros territorios del país, indicó López Bárcenas, en la Sierra Norte de Puebla hay muchos tipos de megaproyectos y, sobre todo, hay una resistencia social que “no veo en muchos lugares”.

“El gobierno sí está viendo en este lugar cómo va a ser la aplicación de la reforma energética ene l resto del país y, por el otro lado, la gente que está siendo afectada también está marcando pautas de cómo va a ser la resistencia”, detalló.

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El abogado López Bárcenas señaló que la reforma legal que se aprobó en la legislatura federal que está por terminar fue muy regresiva y permitió “la segunda desamortización de las tierras en México, la primera fue con los liberales y básicamente con Porfirio Díaz”.

“Ahora estamos viendo cosas como las que se veían en el siglo XIX. Si uno ve por ejemplo la cantidad de tierra concesionada para la minería o expropiada para construir hidroeléctricas o de contratos para la servidumbre de paso para estos proyectos o los gasoductos, podríamos percibir que toda la tierra que se repartió después de la Revolución Mexicana ha vuelto a concentrarse, no en hacendados, sino en las manos de la empresas transnacionales. No quitándoles la propiedad necesariamente a los campesinos, pero sí quitándoles el uso. Que al final del cuentas es lo mismo”, explicó.

Pero por otro lado, indicó, en el 2011 la Constitución del país tuvo una reforma que incorporó como parte de ella a todos los tratados internacionales que ha firmado México y esto amplía los caminos de defensa de los pueblos indígenas.

López Bárcenas previó que esta situación va a provocar una confrontación de los derechos de los pueblos, o de los derechos de los ciudadanos contra los intereses de las empresas.

“A la gente le quedan estos caminos, pero todos ellos estarán sujetos a la decisión y la organización de los pueblos y a que los pueblos se apropien de estos derechos”.

En este aspecto indicó que en la actualidad hay 20 juicios contra el Estado mexicano por violación a su derecho a la Consulta previa, informada y en su idioma que han logrado frenar algunos proyectos eólicos en Oaxaca, un aeropuerto en Creel en Chihuahua, los permisos para la siembra de soya transgénica en Mérida, entre otros.