Chapala, lago envenenado

Lago de Chapala fuente de pandemia de insuficiencia renal, mala calidad del agua, metales pesados; catástrofe de salud pública, señalan

Foto: Luis Fernando Moreno / Punto Rojo

Regeneración, 25 de junio del 2018. En torno al Lago de Chapala la contaminación del agua ocasiona severa afectaciones a la salud de los habitantes de diversos municipios de Jalisco. Se bebe agua que no es potable, contaminada con metales pesados e influye para que Jalisco ocupe el segundo lugar en males renales del mundo.

“En la actualidad, 100 de los 125 municipios del estado tienen mala calidad del agua, y aunque  la Comisión Estatal del Agua (CEA) no establece en qué niveles se encuentran, es un hecho que el agua de esas localidades no es potable”, señala el coordinador del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Agua en Jalisco, Juan Guillermo Márquez.

El observatorio señaló que municipios están a punto de enfrentar una pandemia por contaminación que posee el agua, y lamenta la laxitud de la CEA que proporciona información insuficiente, hecho que califica como “alarmante e irresponsable”; señaló Nivia Cervantes de la revista Punto Rojo

Pandemia renal

En 2016 Jalisco ocupaba el segundo lugar a nivel mundial por la incidencia en la  enfermedad renal en etapa terminal tratada, con 421 casos por cada millón de habitantes, informó el subdirector médico del Hospital Civil, Antonio Mora Huerta, quien basó su aseveración en el Sistema de Datos Renales de los Estados Unidos, señaló la reportera Nivia.

Muestreo entre habitantes de cuatro municipios aledaños al Lago de Chapala (Chapala, Jocotepec, Poncitlán y Tuxcueca), reveló que los consumidores de pescado del lago están expuestos a dosis de mercurio con el potencial para afectar el sistema nervioso central.

El monitoreo también reveló la exposición a arsénico a través del agua de consumo y que hay el potencial de estar expuestos a plomo a través de la inhalación e ingestión incidental de partículas de suelo.

El doctor Guillermo García, también del Hospital Civil de Guadalajara, dijo a Punto Rojo que aproximadamente al año alrededor de 2 mil personas adultas son hospitalizadas por problemas renales, y de ellos aproximadamente 30% requiere tratamiento de diálisis o hemodiálisis, y que la principal  causa es la diabetes.

Enfermos de insuficiencia renal sin atención: Derechos Humanos

La Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) emitió la recomendación 08/2018 dirigida a los gobiernos municipales, estatal como federal, debido a la falta de acceso a los servicios de salud a enfermos de insuficiencia renal que viven en comunidades de la zona sur del municipio de Poncitlán.

Dicha recomendación incluye desde la reparación del daño a personas, el otorgamiento de atención médica mediante unidades móviles, así como la elaboración de un plan de trabajo único de traslado y atención de pacientes que requieren tratamiento de diálisis y hemodiálisis.

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Además, la CEDHJ recomienda gestionar una partida presupuestaria para atender a la población dañada en la zona; diseñar y ejecutar una campaña informativa sobre identificación de síntomas de daño renal; personal médico y de enfermería en las unidades de salud para atender la demanda de servicios; abasto suficiente y de calidad de medicamentos; el fortalecimiento del programa de afiliación y reafiliación al Seguro Popular, y la supervisión adecuada del funcionamiento de ambulancias de Poncitlán.

Sin embargo, la comunidad afectada no ha visto fruto alguno de la recomendación- señaló Punto Rojo.

“Según el coordinador de Enlace Institucional y Comunitario de Foro Socioambiental de Guadalajara, Enrique Lira Coronado, “van para atrás en algunas cosas”, indicó la reportera.

Explicó que San Pedro Itzicán se ganó una ambulancia nueva a través de la Secretaría de Desarrollo e Integración Social, pero se la llevó Poncitlán y mandó una viejita que no tiene oxígeno; había esa pero ya la quitaron. No hay ni médico; viene uno de un pueblito a hacer el favor”.

Los riesgos en zona metropolitana

Juan Guillermo Márquez, coordinador del Observatorio de la Calidad del Agua en Jalisco, coincide con el doctor Héctor Raúl Pérez Gómez en que “la insuficiencia renal puede ser una catástrofe de salud pública”.

“Se antoja que hay una responsabilidad por omisión de la CEA, porque cuentan con todos los elementos para que tengan con precisión toda la información en cuanto a calidad del agua en los municipios.  Ahí está el reflejo de la irresponsabilidad”.

Los representantes de los pueblos afectados por la contaminación entregaron un documento a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) Jalisco, en la  que exigen “se agilicen las soluciones al grave contaminación ya denunciada al presidente Enrique Peña Nieto el 11 de diciembre, otro más a finales de febrero y un tercero el 31 de mayo”.

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En el escrito se lee que los pueblos de la ribera de Poncitlán, de alrededor del Lago de Chapala, de El Salto y de Juanacatlán, de la Laguna de Cajititlán y Valencia, pueblos y colonias junto a los arroyos y canales de Tlajomulco y la Cuenca del Ahogado y de la ZMG, están afectados por la  contaminación que arrastra el río Lerma desde el Estado de México. Esos contaminantes se descargan al Lago de Chapala, El Salto y Juanacatlán.

Advierten que la catástrofe está por llegar a Guadalajara, ya que se envía agua a más de 3 millones de tapatíos del gravemente contaminado Lago de Chapala, por la planta de bombeo de San Nicolás de Ibarra en el municipio de Chapala , a 18 kilómetros de San Pedro Itzicán, en donde hay drenajes corriendo directo al lago, en los barrios de El Capulín y La Peña, y también en la Cuesta de Mezcala.

Tras la recepción del segundo documento, la Presidencia de la República instruyó a la PROFEPA a atenderles y no lo hizo sino hasta el martes 12 de junio, que fueron citados en la delegación Jalisco de la PROFEPA. Sin embargo, la delegada no llegó y las personas que los recibieron trataron de convencerlos de que la institución hace su trabajo eficientemente y conforme a sus capacidades y alcance.

La queja sigue siendo la misma: el agua está sucia y contaminada, causa daños graves a la salud y provoca muertes. Pero las autoridades no reconocen el daño letal que padecen los habitantes, y ni siquiera identifican el origen del problema. Tratan de justificar sus inacciones argumentando que sólo tienen dos inspectores, e incluso se escudan con la veda electoral.

Una solicitud de transparencia  permite corroborar que los drenajes del colector final de la cabecera de Poncitlán se descargan en el río Santiago, sin que ninguna autoridad sea capaz de observar y admitir lo que los pobladores ven diariamente.