Cruz Azul Campeón: Goleada histórica y llega la séptima corona de Concacaf

El equipo más noble como lo es Cruz Azul, llegó con la espada desenvainada y ahora logró un nuevo título para sumar a sus vitrinas.

RegeneraciónMx, 1 de junio de 2025.- Cruz Azul cumplió el sueño celeste. La Máquina conquistó la Copa de Campeones de la Concacaf con una actuación impecable ante el Vancouver Whitecaps (5-0) y sumó su séptima estrella continental, igualando al América como el máximo ganador del torneo.

En el estadio Olímpico Universitario, convertido en una caldera de cánticos y emociones, Ignacio Rivero (8’), Lorenzo Faravelli (28’), Ángel Sepúlveda (38’ y 50’) y el polaco Mateusz Bogusz (45’) firmaron un triunfo inolvidable. Fue una exhibición de contundencia y talento, a la que asistieron 45 mil seguidores que corearon hasta el último minuto el nombre de su equipo.

El despertar de la Máquina tuvo sabor a revancha y a fiesta. Durante años, el club acumuló frustraciones en finales, pero esta vez no hubo lugar para fantasmas. La historia empezó a escribirse temprano, cuando Rivero encendió la esperanza con un cabezazo que se metió junto al poste. Después, Faravelli y Sepúlveda firmaron una sinfonía de toques y goles que parecía interminable.

La goleada encendió los ánimos y también la nostalgia. Desde un palco, Santiago Giménez y Christian “Chaco” Giménez aplaudían cada gol como lo hacían de niños, acompañando a la afición celeste que cubrió las gradas con banderas de los títulos pasados: 1969, 1970, 1971, 1996, 1997 y 2013-14.

Cruz Azul logra su séptimo título

Sin embargo, a la fiesta le faltó el brindis: la venta de cerveza estuvo prohibida por las restricciones impuestas durante la jornada electoral. Los aficionados se resignaron a celebrar con refrescos, aunque la euforia no se apagó.

En la segunda mitad, Vicente Sánchez, el técnico uruguayo, recibió una ovación cuando sustituyó a los héroes del partido: Rivero, Faravelli, Rodríguez y Sepúlveda. El público coreó su nombre, pidiendo que continúe al frente del equipo. Fue el broche de oro para una gestión que terminó ayer, pero que deja un legado de garra y orden.

“Despertó el gigante”, repetían algunos mientras veían pasar la estructura gigante con la silueta del trofeo. El himno “We are the Champions” retumbó en el Olímpico, donde hasta hace poco sólo reinaban los Pumas. En ese momento, Cruz Azul dejó atrás viejas maldiciones para reescribir su historia como el más grande de Concacaf.

La noche fue perfecta: sin remontadas, sin sufrimiento innecesario, con la alegría que solo un campeonato puede traer. Ahora, el cielo celeste vuelve a brillar con fuerza. Y La Máquina, con su séptima corona, ruge más fuerte que nunca.


Síguenos en nuestro canal de YouTube también