(Des) montajes: Katia de la Vega y el poderoso manifiesto escénico de “El salmón”

Por Alexandro Guerrero

RegeneraciónMx.- Creadora a todos niveles de este espectáculo unipersonal. Tanto en lo dramatúrgico, dirección y en una notable actuación, Katia de la Vega expone a partir de un híbrido, de una mixtura de tonalidades dentro del estilo del cabaret, un grito tras bambalinas. El espacio-camerino es el principal aspecto de uno de los niveles de este mirador donde  “Lady BB”, su personaje, nos muestra con una distancia representativa inteligente, crítica y lograda, una ilusión fársica de la realidad de esta actriz que es a su vez, representada por otra actriz  con fuertes arquetipos que provocaran  su cualidad heroica, su heiron.

La ilusión de realidad en este trabajo, provoca el diálogo en los espectadores, poniendo como primer marco una gran urbe con dificultades de quienes la habitan para llegar a la función, derriba así la cuarta pared sin artificios, de forma directa y como mecanismo en un diálogo  no subjetivo pero que sí implica una reflexión colectiva y no individualizante.

Es desde los primeros momentos  de esta obra que nos asomamos a una reflexión radical con bifurcaciones: El ordenamiento del cuerpo alineado a los estándares de consumo hipercapitalistas (la delgadez como sinónimo de funcionamiento instrumental suboordinado en el escenario teatral). También, el otro bastión más que contundente de la propuesta, se sitúa en la falsa construcción de lo que románticamente se sitúa en un imaginario colectivo irreflexivo como “la locura de los artistas”. En este caso de quienes crean la escena con el cuerpo, las emociones y la mente. Actrices y actores.

 Es importante mencionar que en esta obra  se hace énfasis en las aristas de la formación “profesional” en la “escuela de teatro” de forma muy arrojada y valiente. ¿Por qué la rigurosidad es tan cruel y despiadada? ¿Qué hay detrás de lo que legitima a una actriz? ¿Su peso? Aquí la obra se expone como posicionamiento político como lo es el cuerpo.

“Los psiquiatras salvaron mi vida”. La condición tragicómica de esta creación se apunta tras el primer número musical, tragicómica por sus altos rangos de inflexión consecuencia de la gran exposición del trabajo de la actriz que nunca abandona el Ludens, cuando aparece la doctora surrealista, por ejemplo.  Aquí se implica además el aspecto épico, didáctico y de distanciamiento, este es un momento muy bien logrado con enorme vis cómica y claridad, además de irónicamente fina desde otro espectro referencial como lo sería Arkadina, personaje chejoviano.

Las referencias icónicas para “Lady BB”, en “La fabulosa historia de un salmón al borde” creación de Katia de la Vega, implican en las referenciales Carrie Fisher y Liza Minnelli, desde la autobiografía folklore personal como “ello y súper yo”, hasta la vía para un posicionamiento contundente desde la condición del trastorno bipolar.

El desajuste químico que implica la bipolaridad en el ejemplo de estas actrices mencionadas y que son símbolo en cuanto a la condición trágica de la actriz dentro de la actríz del camerino/escena, son  analogía acertada que podríamos considerar como poético generacional y resabios. Como constructos arquetípicos e  ídolos del mainstream, visto como un Dios cruel y devastador. La profundidad de la vinculación como diosas mortales ante una lucha frontal de la industria del entretenimiento contra su trastorno es axial para lo que será el manifiesto que va tramando el colofón de este monólogo.

Otra analogía que se hace respecto a los “niveles de litio” en el cerebro como condición casi vampírica cuando se tiene trastorno bipolar es brillante, su necesidad por el mismo. Lo que hay de “litio” en el afuera y sus disputas, como la necesidad de litio y su consecuente desequilibrio en el adentro, tanto que deviene en lo poético, reitero.

 Se trata entre otras posibilidades para su análisis de teatro-cabaret crítico, sin fórmulas reificadas ni forzadamente ideologizadas como es por desgracia la constante en la escena nacional. Es además una pieza que sin caer en la inercia de la divulgación respecto al enfoque de un problema de salud pública, brinda por su construcción, información que atañe e implica desde lo nodal de su gravedad.

Como afirma Octave Mannoni: “Nunca quien actúa desaparece detrás del personaje, se va al teatro para ver representar y que en los espectadores haya identificación con quien interpreta  y a la vez con el personaje en combinación original. Esta es condición privativa del teatro y que no se presenta en otras formas de espectáculo.”

Katia de la Vega es actriz, dramaturga, directora y productora mexicana egresada del Centro Universitario de Teatro CUT de la UNAM. Estudió el tronco común de la Licenciatura en Literatura Dramática y Teatro en la Facultad de Filosofía y Letras  también de la UNAM. Licenciada en Literatura y creación literaria por Casa Lamm, ha creado desde este grado amplio de niveles otros espectáculos originales. Becaria y maestra para distintos programas institucionales a nivel local y federal. También ha participado en videoclips y cortometrajes.

La dignidad y el arrojo en un discurso estético sin ambigüedades ni concesiones por parte de Katia de la Vega, son el sustrato de este manifiesto escénico que tuvo estreno y temporada en el escenario del Foro Contigo América de la Ciudad de México en 2022 y que a todas luces encontrará espacios y auditorios sensibles respecto a estos temas fundamentales en lo contemporáneo los próximos meses. Temas complejos y urgentes que rebasan la preocupación estética en lo inmediato y nos llevan más allá, hasta aquel antiguo santuario de Asclepio, en Epidauro, la Grecia clásica.

EL TEATRO COMO POTENCIA EN LA BÚSQUEDA Y ENCUENTRO POR LA SANACIÓN.

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