México, después de la fiesta, reflexión y acción

En México es necesario estar alerta, incrementar el trabajo político y de conciencia ética y contrarrestar guerra mediática en tiempo y forma

Por Blanca Montoya

Regeneración, 9 de julio del 2018. La alegría de la mayoría de mexicanas y mexicanos se desbordó el 1º de julio por la esperanza de un cambio que resuelva los graves problemas de corrupción, pobreza, desigualdad, violencia y pérdida de recursos naturales que han ido in crescendo desde que México tomó el rumbo neoliberal hace más de treinta años.

¿Hubo fraude? Sí: compra de votos, coerción y más. Pero en la totalidad, no alcanzó para contrariar la voluntad de una inmensa mayoría, gracias a dos décadas de lucha incesante de un líder y de miles de mexicanas y mexicanos por una revolución de conciencias.

Se ganó una batalla, no la guerra.

La derecha nacional e internacional nunca estará conforme con esta victoria.

La legitimidad de AMLO obligó a sus representantes a coquetear con él para atraerlo a sus filas.

Lo felicitaron y mostraron interés en colaborar con su gobierno. ¿Alguien puede creer que a Trump o a sus adláteres les interesa que México se convierta en una potencia productiva y disminuya la importación; o que se apacigüe la violencia y dejemos de comprar armas; o que se acabe con el narcotráfico cuando la demanda y la economía estadounidense lo necesita; o que se atienda a los indígenas cuando son racistas; o que aprovechemos nuestros recursos naturales cuando quieren apropiárselos; o que cuidemos nuestro medio ambiente cuando Trump no firma ningún tratado para ello?

 Lo que Trump et al intentarán es convertir a AMLO en un títere como lo han hecho con presidentes anteriores. ¿Alguien que conozca la vida de AMLO, su obra y su proyecto, puede creer que se va corromper? AMLO no va a traicionar a su pueblo.

Entonces, la derecha intentará tumbarlo y debilitar a Morena. En consecuencia, seguir ganando batallas implica prevenir sus estrategias:

1.     Desprestigiar a AMLO para quitarle su autoridad moral: intensificando la guerra sucia, pues si bien en esta ocasión la mayoría no se dejó engañar, el poder de la derecha controla el 95% de los medios y las redes.

El apoyo a AMLO de un sector que no parte de una verdadera conciencia, sino de darle “una oportunidad” ante un hartazgo de corrupción, pobreza y violencia; o de que su barco se estaba hundiendo y se subieron al de Morena, o de que ante su inminente triunfo les convenía pronunciarse a su favor, es fácilmente reversible. Basta con dirigirles una desinformación segmentada según sus perfiles previamente recabados en bases de datos.

A)    Obviamente la aceptación del triunfo de AMLO de los candidatos Anaya y Meade, del presidente Peña y de muchos empresarios no obedece a su espíritu democrático sino a la hipocresía.

Por otra parte, AMLO expresó su reconocimiento al respeto de Peña durante la elección y en su encuentro, ha aceptado el diálogo con todos los sectores y ha tranquilizado a los mercados para que no se sientan amenazados con su gobierno.

Estas circunstancias han sido aprovechadas para comenzar con el desprestigio: “AMLO pactó con Peña y sus contrarios”, lo cual implica que “ya se pusieron de acuerdo para seguir con más de lo mismo”, incluso ésta ya fue una acusación que el candidato Anaya le hizo en el debate.

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Y como AMLO ha declarado que no es vengativo y que no va a perseguir a nadie, redondean el libreto de “traición al pueblo por su deseo de poder”.

Esta tesis ya tiene de fondo la matriz de opinión de que “todos” los políticos son corruptos y es admitida incluso por la izquierda.

Cabe mencionar que el neoliberalismo ha difundido esta percepción para desmantelar la idea de Nación y dar a los empresarios la conducción del Estado como ya ocurre en diversos países incluyendo Estados Unidos.

B)    Todas las obras de AMLO se desvirtuarán, inventando que está haciendo “negocio”, “robando”, “privilegiando”, o diciendo que no sirven para nada y lo harán responsable de todo lo malo que ocurra en el país, así sea un sismo.

C)    La erradicación de la corrupción como idea central de AMLO, será capitalizada por la derecha en su contra. Cualquier corrupto de Morena que, seguramente lo habrá, así se le castigue y no haya impunidad, lo asociarán a AMLO, como lo siguen haciendo después de quince años con Ponce.  Seguirán urdiendo que es millonario.

D)    Cualquier comunicación que AMLO tenga con Cuba, Venezuela, Bolivia o Nicaragua será satanizada.

2.     Se atacará al movimiento y al tejido social para desestabilizar aún más al país.

A)    El odio, alimentado con el racismo y el clasismo, se destilará en dosis mayor a través de los medios y las redes: “pejezombies”, “chairos”, “indios” (como peyorativo), “chusma”, “ignorantes”, y hasta “desprovistos de humanidad”.

B)    La intriga y la calumnia, de larga data, seguirá implementándose con la mediática y agentes. Izquierdistas, en todo nivel, han sido engañados y mantienen un juicio atávico respecto a otros, que no les permite rectificar ni contrapesar el objetivo primordial; incluso colaboran con la desinformación, las medias verdades y la tergiversación porque las recibieron de algún “conocedor”, de los grandes medios o, por irónico que parezca, de fuentes provenientes de Miami.

Frecuentemente líderes y/o movimientos progresistas miran para otro lado y no se meten cuando uno de ellos está siendo atacado por la derecha pensando ilusamente que a ellos no les va a tocar porque son menos beligerantes o, el colmo, justificando dicho ataque por haber hecho tal o cual cosa.

Si no fuera por la falta de una solidaridad contundente, la derecha mundial ya hubiese sido derrotada.

C)    La envidia, el ego o la avaricia serán estimulados. Algunos mandos medios y altos, en el fondo, envidian la popularidad y el poder del líder.

Hay agentes que estudian la personalidad de éstos para elegir a quien masajearle el ego, ofrecerle riqueza o chantajear para que traicionen. Así se consiguen títeres.

D)    La división y/o el sectarismo se promoverán tanto a nivel grupal como en el concierto de las naciones.

Este movimiento, a pesar de ser inclusivo y plural es hipersensible a la crítica y la autocrítica; aún no tiene la madurez para debatir y luego disciplinarse por consenso en función del principal objetivo común, sino que se divide.

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Por otra parte, Estados Unidos y la Unión Europea no comulgan con nuestra máxima juarista: “Entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”. Mike Pompeo intentará aliar a AMLO para la intervención en Venezuela en su próxima visita.

E)    La desestabilización económica será impulsada por sicarios económicos y por las transnacionales que manipularán la producción y la distribución de productos básicos.

Como México no produce ni distribuye lo que consume (lo cual toma tiempo en implementar) se producirá enojo y malestar y se culpará a las medidas del gobierno si se induce alguna escasez o aumento de precios.

F)    El miedo se seguirá incitando. Sin que AMLO pretenda cambiar al sistema capitalista, simplemente por ser progresista y nacionalista, será presentado como “autoritario”, “dictador” y responsable de “las catástrofes que vendrán”.

G)    Se excitará la violencia contra simpatizantes del movimiento, insultándolos, golpeándolos, asesinándolos o desapareciéndolos. Esto se ejecuta cada vez que se intenta un cambio, desde hace dos mil años con los cristianos a la fecha.

A partir del desprestigio del líder, el ataque al movimiento y la pretensión de que las cosas cambien de la noche a la mañana, los medios y las redes buscarán la desesperanza, el ingrediente que finalmente permitiría derrocar al líder y debilitar a Morena.

Lo anterior, y muchísimo más, ha pasado y pasa. Está documentado en múltiples escritos y audiovisuales: en Manuales, documentos desclasificados de la CIA, confesiones de sicarios, wikileaks, revelaciones de Edward Snowden, investigaciones y documentales; la historia ha recogido a los líderes perseguidos, derrocados o asesinados: Jacobo Arbenz, Joao Goulart, Jean Bertrand Aristide, Juan Bosch, Maurice Bishop, Salvador Allende, Manuel Zelaya, Fernando Lugo, Dilma Roussef, Lula da Silva y Rafael Correa, entre otros; y a los pueblos víctimas de tales infamias: Guatemala, El Salvador, Honduras, Grenada, Haití, República Dominicana, Panamá, Brasil, Ecuador, Chile, Argentina, Paraguay, y más.

De manera que para seguir ganando batallas es necesario estar alerta, incrementar el trabajo político y de conciencia ética, contrarrestar la guerra mediática en tiempo y forma, detectar a los infiltrados, mantener la unión a toda costa, defender a la patria aún a base de sacrificio, denunciar oportunamente y con pruebas, identificar quienes son los enemigos y quienes son los amigos (Mao dixit) y recordar al Che Guevara: “a la derecha no hay que confiarle ni tantito así”.

Se tendrá que evitar el derrocamiento de AMLO: vía judicial, como ya lo intentaron cuando era Jefe de Gobierno; a través de la votación a mediados del sexenio dado su ofrecimiento de consulta; o, por dramático que sea, mediante el magnicidio.

Sólo el pueblo consciente, organizado y movilizado salva al pueblo, luego entonces, sólo el pueblo destruye al pueblo, si y solo si no hay una mayoría consciente, organizada y movilizada.