Juzgarán a expresidente francés por financiamiento ilegal

Sarkozy será juzgado por financiación ilegal de su campaña electoral de 2012. La Justicia desestimó este martes el recurso presentado por el expresidente 
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La investigación del llamado caso Bygmalion se abrió en 2014, año en que la prensa reveló que el ex mandatario superó el límite máximo de gasto permitido.

Este ilegal gasto sucedió durante una campaña electoral, el límite es de 22,5 millones de euros.

El juez instructor consideró en febrero de 2017 que Sarkozy debía comparecer ante un tribunal junto con otros 13 acusados.

Aunque el político conservador recurrió esa decisión, el Supremo la validó este martes.

Según la acusación, para ocultar los sobrecostes de los actos electorales y de los viajes, los imputados recurrieron a los servicios de la empresa de comunicación Bygmalion.

Sin embargo, Bygmalion emitió facturas falsas.

La instrucción concluyó que se ocultaron unos 20 millones de euros de gastos que debían figurar en las cuentas de campaña de Sarkozy, que acabó costando al menos 42,8 millones.

Las cuentas de esa campaña fueron invalidadas en julio de 2013 por el Consejo Constitucional, encargado de revisarlas.

Esto motivó que tuviera que pagar más de 360.000 euros de multa y devolver la subvención pública, de casi 12 millones.

Esa multa no impidió que se abriera una investigación judicial y que en febrero de 2016 fuera inculpado.

La imputación mermó sus opciones de victoria en las primarias de la derecha de noviembre de ese año, en las que quedó tercero en la primera vuelta, por detrás de su ex primer ministro François Fillon.

El cargo de financiación ilegal de campaña electoral podría acarrearle hasta un año de cárcel y 3.750 euros de multa.

Sarkozy tiene pendiente además otro proceso por corrupción y tráfico de influencias en el llamado caso de las escuchas.

Intervinieron su teléfono

Los magistrados pincharon su teléfono ante las sospechas de recibir financiación del régimen libio de Muamar el Gadafi durante la campaña que en 2007 le llevó al Elíseo.

Algo por lo que fue imputado en marzo del año pasado.

Esas escuchas pusieron en evidencia conversaciones entre Sarkozy y su abogado de las que se deducía que trataban de obtener información secreta.