Despiden a voluntarios de Saltillo por brindar ayuda a los afectados del sismo

Su idea era ayudar a desenterrar sobrevivientes, pero las calles de la Ciudad de México estaban copadas de ayuda, entonces se fueron hacia un destino que resultó mucho más trágico.

Regeneración, 29 de septiembre de 2017.- Jesús Amaro Martínez, recordando lo vivido en cinco días que marcaron la vida de cinco personas que partieron de Saltillo dispuestas a ayudar, a sumarse a las labores de rescate, y dice: “que no nos olviden si llegamos a pasar por lo mismo”, así lo narra para Vanguardia.

En el grupo de Facebook “Que todo Saltillo se entere” apareció el primer mensaje, provenía de un comerciante quien llamó a quien quisiera acompañarlo al viaje en camioneta directamente hasta donde estaba la acción.

Muchos querían ir, pero sólo cinco se alistaron para emprender la aventura. Nadie se conocía, pero todos hicieron clic en cuanto se juntaron en un centro comercial del sur de la ciudad a colectar los víveres que les hicieron llegar decenas de amigos de los grupos de la red social.

Su idea era ayudar a desenterrar sobrevivientes, pero las calles de la Ciudad de México estaban llenas de ayuda, entonces apuntaron hacia un destino que resultó mucho más trágico y cambió para siempre su existir.

Su ayuda no pudo significar mucho comparada con la de los topos o el Ejército, pues las cámaras no enfocaban hacia ellos, tampoco a la gran cantidad de tráileres, camiones y camionetas de contingentes de varios estados del norte. Sin embargo, sólo ellos representaban a la capital de Coahuila en esos días.

Ellos, llegaron a la Ciudad de México, pero se dieron cuenta de que toda la atención estaba focalizada ahí, así que los mismos usuarios de redes sociales los fueron ubicando en la realidad, una muy cruel marcada por el hambre y hasta en esos momentos de urgencia, de la desigualdad social tan grande que hay en el país.

Se fueron a Xochimilco y de ahí al estado de Morelos guiados por Alejandro Morales, un microempresario que también se unió a la causa sin conocerlos. Él los llevó por carreteras, poblados y brechas hasta donde ni un medio de comunicación, ni un contingente de ayuda se había detenido.

Ellos ayudaron durante todos esos días a repartir alimentos, sacaron escombro de las casas, transportaron a personas vulnerables hacia lugares más seguros, pero sobre todo llevaron esperanza y un gesto de solidaridad de parte de quienes los seguían por redes sociales apoyándolos con mensajes de aliento y con escasos recursos.

También hicieron un recorrido por las faldas del Popocatépetl y esto les mostró a decenas de pueblitos cuya necesidad en ocasiones no era de comida, sino del apoyo moral que puede dar una palabra de aliento, así lo describe Jesús Francisco al recordar a la gente afuera de las ruinas de lo que fueron sus viviendas.

“Ver a las señoras cociendo los frijoles, los niños que se te abalanzan, los ancianos buscando entre los escombros a ver qué podían recuperar, es algo que te da tristeza por el abandono en que están”.

Ellos ayudaron en las comunidades de Ocoxaltepec, Tlalmimililpan, Atlatlahucan, Atlahutlan y muchos más. A dichas comunidades ni el gobierno del estado ni el federal los hacen en el mapa.

Los rescatistas de Saltillo y en general, los contingentes que se fueron topando en el camino, coincidieron en videos que subieron a Facebook, en que la administración del Gobernadoor Graco Ramírez encontró la oportunidad ideal para lucrar con la tragedia.

A todo aquel que llegaba con víveres le ordenaba hacer base en un sitio designado por el DIF estatal, sin embargo, los voluntarios se encararon con el propio Ejército y la Policía logrando pasar los diferentes filtros.

A pesar de todo este grupo de atrevidos no se atemorizó, y sabe que actuó bien, pues más adelante encontraron casas derrumbadas, miedo, personas en situación de miseria, miedo, el abandono presencial y moral y más mucho más miedo no sólo de que siguiera temblando, sino de que el gigante dormido hiciera erupción.

AYUDAR LES HIZO PERDER SU TRABAJO

Su regreso fue muy significante, fuera de la atención de alguna televisora que se les acercó y los miles de felicitaciones por redes sociales, el enfrentar su nueva realidad: haber perdido el trabajo, el dinero y oportunidades para el soporte de sus familias.

Ayudar les trajo consecuencias a Jesús, Jesús Francisco, Jorge, Bernardo y quien los movió todo ese tiempo, el “Jack” Escandón, un comerciante del mercado Nuevo Saltillo, quien hizo el gasto del transporte y mucho más, hasta para el moche de la Policía del Estado de México tuvo que poner.

Bernardo dejó en puerta los contratos para al menos dos proyectos de construcción de viviendas, por ir a ayudar, dinero que necesita para la manutención sus pequeños hijos.

Jesús Domínguez Escudero, quien ha dedicado su vida a prepararse en habilidades para la protección de personas y ha pasado por diversas agrupaciones de seguridad pública y privada. Su más reciente trabajo fue en un centro comercial ubicado a lado de la central de Autobuses.

Cuando se enteraron de la tragedia que estaban pasando miles de personas en el sureste y centro sintió la necesidad de brindarles ayuda, por eso respondió al llamado y pidió permiso en su trabajo; “aquí es una tienda”, le contestaron. No hubo más que discutir. Al regreso le esperaba el despido con una “patada por el trasero”.

Ahora busca trabajo, sabe de seguridad privada, defensa personal, cuidado y traslado de valores.

Otro de los voluntarios, Jesús Francisco Amaro Martínez dejó en “veremos cómo le hacemos” para pagar la liquidación de la semana en el auto de Uber que conduce desde hace dos meses, cuando fue despedido como custodio de un líder sindical.

Al igual que su tocayo, ha laborado en la protección de personas, en seguridad pública y cuenta con adiestramiento en rescate urbano y emergencias.

Ahora ellos piden una oportunidad laboral, pues al igual que Jorge Cardona, otro de los integrantes de este grupo, al regreso los recibieron las deudas, pidieron prestado para solventarlas, pero se encuentran sin empleo y “ahorcados”.

Estos son sus contactos si alguien tiene un empleo que ofrecerles:

Jesús Domínguez Escuero. Seguridad privada y custodia / 844 381 37 51

Jesús Francisco Amaro. Seguridad Privada y custodia / 844 173 74 35

Jorge Cardona. Pintor / 844 357 01 30

Bernardo Valero Luna. Albañilería / 844 203 09 97