El amor a la inversa de los detractores de AMLO

Detractores de AMLO ‘los imagino en un sauna gritando todos a coro, ¡Maldito! ¡Nos robaste el corazón!’, señala el escritor Ramiro Padilla Atondo

Regeneración, 2 de febrero del 2019. AMLO causa pasiones, pero sus detractores actúa de manera insistente, tanto, y de tantas maneras, que lo menos que uno puede recordar es aquella frase que dice “del amor al odio hay un paso”. El escritor analiza el fenómeno en los opositores de AMLO.

Pulsaciones homoeróticas de la cuarta transformación

Por Ramiro Padilla Atondo*

Pensaba y pensaba en esas reacciones brutales, casi psicóticas de muchos de los que no sé si llamar enemigos del nuevo gobierno, y en unos momentos les explico el por qué. Lo medité, leí a algunos buenos periodistas explicarlo al calor del análisis sociológico, pero por más que lo intentaba no descifraba lo que es.

Recuerdo un portal de futbol donde un usuario que casi podría asegurar era Hugo Sánchez (allá por la prehistoria del internet, donde los únicos diálogos se daban en los comentarios) que aborrecía todo aquello que pudiese oler a naturalizado.

Con argumentos de todo tipo, desde la simple explicación hasta el inventivo insulto, el usuario cuyo apodo en el portal era pancho Villa, ridiculizaba a los que discrepaban con él.

Así que después de mucho meditarlo entendí que actuaban como amantes despechados.

Todos los síntomas del despecho estaban allí.

Un voyeurismo inverso, que les produce una suerte de excitación.

LEER MÁS:  Se publica decreto expropiatorio de Planta de Hidrógeno U-3400, en Tula

Debe estar enfermo, miren sus uñas (no recuerdo en mi vida haber visto las uñas de otro hombre ni por accidente) miren su color de piel, su peinado, la manera en que camina, como se expresa, es un dictador (Y tienen razón, dicta sus obsesiones todos los días) todo lo hace mal, es un populista, lo hago en nombre de la libertad de expresión, hasta el infinito, para dejar constancia de que lo odian.

Pero de verdad no sé si sea odio.

Ahora empiezo a dudarlo. Lo veo más bien, como una pulsación de amor homoerótico hacia el presidente.

No lo puedo explicar de otra manera. Estuve a favor de él, he escrito algunos artículos de opinión  pero a partir de que tomó posesión, su gobierno se tiene que defender solito.

Reconozco que en facebook me encanta estar chingando.

Hay veces que el único remedio contra el aburrimiento es escribir algo a favor del presidente para que de inmediato, y desde los ángulos más increíbles sus detractores, llenos de ese amor a la inversa, lo ataquen con el diccionario ilustrado de imprecaciones pejistas, que son bastante folclóricas.

Vaya, hasta parece que van al mismo club a intercambiar opiniones de nuestro bienamado líder, los imagino en un sauna gritando todos a coro, ¡Maldito! ¡Nos robaste el corazón!

Ha de ser terrible seguirlo con lupa, levantarse pensando en él, incluso madrugar para estudiar sus gestos, sus pausas en las conferencias mañaneras.

LEER MÁS:  Pensiones Bienestar para regresar su dinero a trabajadores: Sheinbaum

Los imagino dándose palmadas entre ellos diciéndose, ¡es que somos muy rudos siiiii!

Porque hay una vida más allá de las redes sociales.

Hay cosas por hacer.

Y la sabiduría popular dice que lo que dice Juan de Pedro, habla más de Juan que de Pedro.

Lo que digo no sé si sea verdad. En este mundo ya nadie sabe lo que es verdad.

La filosofía mantiene un debate sobre lo que se considera verdad. Y mi aparente verdad es  esa.

Que quizá algunos tengan pulsaciones homoeróticas con el presidente. No me lo explico de otra manera.

Saludos.

*Ramiro Padilla Atondo, @ramiroatondo Es un escritor mexicano nacido en Ensenada, Baja California.

Autor de los libros de cuentos A tres pasos de la línea, Cuentos de la zoociedad, Esperando la muerte y de las novelas Historia de una ficción breve y Días de agosto.

Algunos de sus ensayos publicados son: Lectura y contra lectura, México para extranjeros, La verdad fraccionada y Hojas sin ruta.

 También escribe ensayos literarios en la revista La piranha y el portal 4vientos.net.