Luis Echeverría, el artífice del “Halconazo” que murió en la impunidad

Luis Echeverría murió este viernes, en su casa de Cuernavaca a 84 kilómetros de la capital del país que gobernó con mano dura, excesos e impunidad; su nombre estará ligado por siempre al de las matanzas ocurridas en Tlatelolco y en las inmediaciones del metro Normal, llamada “El Halconazo”

Luis Echeverría murió este viernes, en su casa de Cuernavaca a 84 kilómetros de la capital del país que gobernó con mano dura, excesos e impunidad; su nombre estará ligado por siempre al de las matanzas ocurridas en Tlatelolco y en las inmediaciones del metro Normal, llamada "El Halconazo"

RegeneraciónMx.– Luis Echeverría murió este viernes, en su casa de Cuernavaca, a 84 kilómetros de la capital del país que gobernó con mano dura, excesos e impunidad; su nombre estará ligado por siempre al de las matanzas ocurridas en Tlatelolco y en las inmediaciones del metro Normal, llamada “El Halconazo”. 

Luis Echeverría falleció a los 100 años de edad, llegó al poder de la mano del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el que comenzó a militar desde 1946. Ahí fincó su carrera política, y llegó a ser secretario de Gobernación, en 1963, durante el mandato de Gustavo Díaz Ordaz , hasta 1969 cuando fue postulado a la presidencia de la República. 

TLATELOLCO ¡NI PERDÓN, NI OLVIDO!

Luis Echeverría asumió la secretaría de Gobernación en 1969. Fue acusado de fraguar la Matanza de Tlatelolco junto al expresidente Gustavo Díaz Ordaz, puesto que a su cargo están varias acciones de seguridad nacional. La noche del 2 de octubre salió en televisión nacional a tratar de deslindar a Díaz Ordaz de cualquier intervención en la matanza, en la que se calcula que 300 personas perdieron la vida. 

En la conferencia de prensa aseguró que fue el quien ordenó la intervención del ejército en la represión contra los estudiantes.

La masacre fue cometida por el Ejército Mexicano y el grupo paramilitar Batallón Olimpia en contra de una manifestación pacífica. La presencia de este batallón en el lugar de los hechos, fue negada inicialmente por el Presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) aludiendo que su función era custodiar las instalaciones para los Juegos Olímpicos. Hoy se conoce la verdad gracias a diversas investigaciones, medios y testimonios: Aquel día el ejército y el Batallón Olimpia, identificados por portar un guante blanco, pusieron en marcha la “Operación Galeana” con el fin de detener a los miembros del Consejo Nacional de Huelga (CNH) órgano de dirección colegiado, creado el 2 de agosto de 1968 por miembros de las escuelas en huelga, especialmente por estudiantes de la UNAM, el IPN, El Colegio de México, la Escuela de Agricultura de Chapingo, la Universidad Iberoamericana, la Universidad La Salle (México), Escuela Normal de Maestros, Escuela Nacional de Antropología e Historia, y otras universidades del interior de la república; los intentos de someter al CNH derivaron en la sangrienta represión al movimiento de protesta que por meses habían resistido y cuestionado las políticas y medidas sociales y económicas del Estado, reclamando democracia.

Ese día los estudiantes expusieron seis demandas, las cuales eran consecuencia de eventos violatorios de los derechos humanos por parte de la policía y las fuerzas armadas desde el inicio de la protesta estudiantil; particularmente en respuesta a la ocupación militar y policial de planteles escolares bajo la justificación que encontraban en la riña entre alumnos de la vocacional 5 y la preparatoria particular Isaac Ochoterena, el 23 de julio de 1968. 

Minutos antes de las 6 de la tarde de ese día, el mitin estaba casi por finalizar cuando un helicóptero comenzó a sobrevolar la plaza. Desde él se dispararon bengalas, siendo ésta la señal para que los francotiradores del Batallón Olimpia comenzaran a abrir fuego sobre la gente reunida; estudiantes, madres, hijos, profesores, obreros. En medio del caos, toda la población civil ahí reunida corrió por la Plaza de las Tres Culturas y las inmediaciones del edificio Chihuahua, tratando de protegerse. Manifestantes que lograron escapar del tiroteo se refugiaron en los departamentos de los edificios cercanos, pero esto no los salvó del ejército; sin orden judicial, los soldados irrumpieron en cada uno de los departamentos para capturar a los jóvenes que se habían ocultado en ellos.

Hoy en día, la frase “¡2 de octubre no se olvida!” es un grito en contra de la impunidad, el olvido y la amnesia colectiva. Así, lejos de perder vigencia al repetirse año tras año, se ha convertido en un gran símbolo del impacto ejemplar que tuvo en México el movimiento estudiantil de 1968.

EL HALCONAZO 

El 10 de junio de 1971, justo cuando se celebraba el Jueves de Corpus, estudiantes de, principalmente, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) salieron a las calles en apoyo a la huelga de la Universidad de Nuevo León (UANL), reuniéndose en los alrededores de la estación del metro Normal para marchar hacia el Zócalo capitalino .

A finales de la década de 1960, en la UANL profesores como estudiantes presentaron una ley orgánica donde se proponía un gobierno paritario. Gracias a ésta llegó a la rectoría Héctor Ulises Leal Flores en 1971. En total desacuerdo, el gobierno redujo los presupuestos y obligó al Consejo Universitario a aprobar un nuevo proyecto de ley donde se suprimía la autonomía de la universidad. Por ello, los estudiantes salieron a las calles a manifestar su descontento y, quienes integraban el comité estudiantil, pidieron a las demás universidades del país su apoyo. Tanto la UNAM como el IPN respondieron, decidieron unirse y realizar una manifestación masiva el 10 de junio de 1971 .

La marcha iniciaría en las inmediaciones del Casco de Santo Tomás, para después tomar la calle de Carpio y salir hacia la Calzada México-Tacuba. Sin embargo, cuando el contingente avanzaba por Avenida de los Maestros, los llamados halcones abrieron fuego contra los estudiantes desde las alturas. Por ello, esta matanza se conoce como “Halconazo” .

“Los halcones” eran los miembros de un grupo paramilitar, jóvenes reclutados en barrios marginados y violentos de la capital mexicana que habían sido entrenados por militares de los gobiernos de México y los Estados Unidos a finales de esa década. Con balas calibre 45 y carabinas 30 M-2 abatieron a jóvenes manifestantes, quienes corrieron para poder salvar sus vidas. No obstante, la persecución acabó después de horas; hombres armados intimidaron en las salas de urgencia de los hospitales a médicos y enfermeras: no debían atender a los marchistas heridos. El objetivo no era disolver la manifestación… era matar.

Se cree que al menos 22 personas perdieron la vida. 

 

JUICIO Y EXONERACIÓN 

En 2000, con la llegada De Vicente Fox a la presidencia se designó una comisión especial para juzgar los crímenes ocurridos en 1968 y 1976. Luis Echeverría fue acusada formalmente del asesinato de 300 personas en Tlatelolco y de la muerte de 23 en el Halconazo. 

Se le dictó arraigo domiciliario por al rededor de nueve días. en 2009 fue exonerado de cualquier cargo, el juez argumentó que los delitos habían expirado. 

El magistrado expresó que aunque el delito de genocidio estaba acreditado, por los sucesos de la Plaza de las Tres Culturas, ya que había pruebas para presumir de que se trató de una acción concertada, preparada y coordinada encaminada a exterminar a un grupo nacional, constituido por estudiantes de diversas universidades, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) no pudo demostrar que el orquestador fue el ex mandatario.