#Opinión: La moneda está en el aire

Por Ramón Cuéllar Márquez

RegeneraciónMx.- El poderoso discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador, pronunciado en el 238 aniversario del natalicio de Simón Bolívar, generó reacciones diversas en los distintos sectores políticos de México, especialmente entre la población, quien observa que sus palabras siembran esperanza y fortaleza no solo para nuestro país, sino para Latinoamérica, la Patria Grande con la que soñó El Libertador.

La estructura del documento hace un recorrido por la vida de Bolívar, al mismo tiempo que nos introduce a la situación política y económica de las colonias que se separaron de España, para con ello alcanzar sus independencias. Así, al recibir una educación humanista dentro de una clase acomodada, El Libertador había de despertar a la conciencia social, guiado por su maestro Simón Rodríguez. En suma, es una pieza de oratoria y lectura imperdibles, que deja huella para las generaciones venideras.

La cosa es que, en el cuerpo del discurso, el presidente López Obrador extiende propuestas muy puntuales, como que Estados Unidos debe abandonar su política exterior de injerencia y coloniaje, con la que ha operado desde que se independizaron de Inglaterra a finales del siglo XVIII. Es decir, que el país del norte actúe más como amigo y socio continental que como policía o imperio, puesto que de ese modo enfrentaremos las nuevas economías, como la de China, que comienza a comerse el mundo y con ello al mismo Estados Unidos.

El histórico discurso del presidente llevaba fuego humanista, sin duda, pero veremos si Washington es capaz de superar su brutal lado primitivo por derrocar gobiernos legítimos a garrotazos o bien colaborar como nación con altura de miras en bien del continente americano; si el gobierno estadounidense podrá romper su naturaleza imperial como una necesidad de supervivencia o iniciar una nueva era de trato diferente con sus vecinos continentales, especialmente México, con quien comparte frontera de 3,141 kilómetros de largo y que de modo cotidiano millones de personas van y vienen a los dos países, creando relaciones culturales, económicas y políticas: una civilización móvil que alimenta a ambos lados.

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A Estados Unidos le conviene tener a México como un país próspero porque las relaciones comerciales serían más sanas, más ricas, duraderas y estables, con lo que se detendría la migración humana hacia el norte —uno de los temas que más preocupan—, incluso la frontera que está al sur, esa que conduce a América Central.

Si Latinoamérica está bien, también lo estarán ellos, no hay de otra. Por eso será muy interesante ver la reacción de los estadounidenses ante las propuestas del presidente AMLO, si podrán ir más allá de su sentido guerrero armamentista imperial o estrechar lazos de amistad culturales que nos haga grandes a todos, sin estar sujetos a la amenaza de que derrocarán gobiernos si no les gusta o no les conviene.

Es deseable esa utopía que plantea el presidente mexicano. No hay lugar ya para el temor a decidir nuestras soberanías solo porque despertaremos el enojo del país vecino. En ninguna relación humana, individual o social, debe prevalecer el miedo, pues siempre existiría la ley del más fuerte sobre el débil; ningún vasallaje jamás ha sido benéfico más que para una de las partes.

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¿Podrá Estados Unidos actuar de manera sensata y estar a la altura de las realidades? Su historia interna ha sido la de superar escollos para ser la gran nación que han demostrado ser, la más avanzada en cuanto a derechos civiles, pero hoy requerimos que hagan extensivo su lado amable, humanista, inteligente y solidario a las naciones latinas de América. La moneda está en el aire.

BALANDRA: No queremos ser el David que se agarre a patadas con Sansón.

*Nació en La Paz, en 1966. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Actualmente se desempeña como locutor, productor y guionista en Radio UABCS. Ha publicado los libros: La prohibición del santo, Los cadáveres siguen allí, Observaciones y apuntes para desnudar la materia, Los poemas son para jugar, Volverá el silencio, Los cuerpos, Indagación a los cocodrilos, Los círculos, y De varia estirpe.