Policía de Hong Kong disuelve protestas ‘prohibidas’

Protestas en favor de la democracia fueron confrontadas este domingo por la policía quien llamó por altavoz a los manifestantes a que pusieran fin a su “reunión ilegal”

Hong Kong lleva siete semanas sumida en la peor crisis de su historia reciente

 

Regeneración, 28 de julio del 2019. La policía de Hong Kong lanzó gases lacrimógenos y balas de goma contra manifestantes prodemocracia.

Los hechos se registraron cerca de cerca de la oficina de enlace del gobierno Chino, durante una protesta de decenas de miles de inconformes.

Las protestas desafiaron en las calles la prohibición impuesta por las autoridades.
Manifestación “prohibida”

Los enfrentamientos ocurren un día después de violentos incidentes en los que la policía también arremetió contra los participantes de una concentración.

Dicha manifestación también fue prohibida por las autoridades, en Yuen Long, una ciudad cercana a la frontera.

Un grupo de unos 200 manifestantes se dirigió hacia la oficina de enlace del gobierno chino con Hong Kong donde se encontraron con un contingente de policías antidisturbios.

Los uniformados resguardaban el edificio, cuya fachada ya había sido ensuciada la semana pasada con huevos y grafitis.

Arrojan gases y balas de goma

La policía llamó por altavoz a los manifestantes a que pusieran fin a su “reunión ilegal”, antes de la descarga de gases y balas de goma.

Los manifestantes respondieron lanzando ladrillos y piedras, pero policías que empuñaban barrotes los repelieron.

Razones de la protesta

Hong Kong lleva siete semanas sumida en la peor crisis de su historia reciente, con gigantescas manifestaciones pacíficas contra el gobierno local, pro-Pekín.

Pero, asimismo, también se han producido enfrentamientos entre contestatarios radicales y policías.

Las manifestaciones surgieron a raíz de un polémico proyecto de ley que preveía facilitar las extradiciones a China, pero derivaron en un movimiento más amplio.

La injerencia de Pekín

Ese movimiento reclama reformas democráticas, en un contexto de preocupación por la supuesta creciente injerencia de Pekín.

Esa injerencia sería de Pekin en los asuntos internos de la excolonia británica, que fue retrocedida a China en 1997.

Detrás de las marchas hay un interés latente por conseguir una democracia plena para el territorio semiautónomo chino.

Actualmente, el líder de la ciudad se elige bajo la aprobación de un comité pro Beijing, pues, anteriormente se realizaban las elecciones de manera directa.